Líneas Quadratín
A manera de una fantasmal presencia, la sombra de los hermanos Monreal Ávila —de Ricardo, el senador exaspirante candidato y más aún, del impresentable (des)gobernador zacatecano David— parece gravitar sobre el (odiado) Inai, sus comisionados en particular, siempre que éstos se aprestan a tomar decisiones trascendentes para el desarrollo del propio instituto o del fracasado gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Tal es la situación que apenas el pasado domingo, previo al inicio de la sesión en que Adrián Alcalá fue electo —con el voto de calidad de la saliente Blanca Lilia Ibarra— como nuevo presidente del organismo, la comisionada Julieta del Río Venegas —zacatecana ella, adivinó usted— anunció a los medios su decisión de retirar su candidatura al cargo explicando que lo hacía porque ella “no podía avalar a alguien sin solvencia ética”, aunque, como es obvio suponer, nunca aclaró a quién se refería.
* A muy pocos sorprendió que el más reciente reporte del Índice de Competitividad Urbana del IMCO identificara a Querétaro como la ciudad con una menor percepción de corrupción a nivel nacional, lo que, según expertos, es fruto de mantener finanzas sanas y transparencia por parte del gobierno del panista Luis B. Nava.
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