Educación en México: retos y avances en el sistema educativo
QUERÉTARO, Qro., 15 de junio 2021.- El 14 de junio de 2017 se inauguró la Torre de Gineco-Obstetricia en el Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer, la cual tiene como propósito brindar atención digna a embarazadas y a mujeres con padecimientos propios del sexo femenino, por lo que se incrementó de manera considerable la capacidad de atención en todos los espacios con equipamiento de vanguardia en los servicios.
En el Área de Hospitalización se incrementó 58% el número de camas (de 58 a 92). El Área de Labor y Expulsión pasó de tener una capacidad resolutiva de 10 camas, dos quirófanos y dos salas de expulsión, a 33 camas, tres salas de expulsión y tres quirófanos.
Además, se creó el Área de Puerperio de Bajo Riesgo donde se instalaron 24 espacios para la recuperación y observación de mamás con partos sin complicaciones y que pueden ser dadas de alta a las ocho horas del nacimiento de su bebé.
También se amplió la Unidad de Cuidados Intensivos para Complicaciones Obstétricas, que contaba con tres camas, por lo que se crearon ocho espacios con todo el equipamiento requerido para la atención especializada en salud para las madres.
Se creó un área específica para los padecimientos materno-fetales, equipada con 10 camas, con la finalidad de dar una vigilancia estrecha a las mamás que cursan con embarazos múltiples o con comorbilidades durante el embarazo. Se asignó también un espacio tributario para los monitores fetales.
Aumentó 150% el número de los ultrasonógrafos obstétricos, se sumaron dos unidades de rayos X portátiles, así como tres equipos de ultrasonido avanzado. También se agregaron cinco electrocardiógrafos con interpretación, se aumentaron seis monitores de signos vitales, se adquirieron 35 cardiotocógrafos y 11 fonodetectores de latidos fetales.
Gracias a esta infraestructura hospitalaria, actualmente se atiende a un promedio de 17 mil mujeres al año y 15 mil urgencias ginecológicas y obstétricas, lo que ha contribuido a la disminución de la incidencia de muertes maternas, el aumento de la calidad de vida de los recién nacidos con afecciones de malformaciones, en diagnósticos oportunos para evitar complicaciones previas al nacimiento, y sobre todo, ha permitido otorgar atención continua e integral al embarazo de alto riesgo.