Líneas Quadratín
Enrique, la gran pérdida
Martin Luther King Jr. decía que “la verdadera medida de un líder no está en cómo se comporta en los momentos de comodidad y conveniencia, sino en cómo se mantiene en tiempos de controversia y desafío”. México, requiere de ese liderazgo al encontrarse en un espacio de controversia y desafío sumido en un gobierno incompetente, y con una sociedad dividida en la búsqueda de una figura con autoridad, que rompa con ello.
Este cerceno panorama social, es sin duda una ventana de oportunidad tanto para la continuidad, como para el cambio. En la continuidad, la historia está ya muy cantada; pero para el cambio, surgieron recientemente figuras con éxito, como la de Xóchitl Gálvez, y otras más han trabajado desde hace años para lograr liderar el cambio como es Enrique de la Madrid.
Generó encuentros con expertos en cada una de las distintas industrias y sectores del país en los último cinco años, para crear un programa serio de gobierno que logara en un corto, mediano y largo plazo regresar a México a su espacio de respeto global y liderazgo en la región. Sin embargo, los diques de los intereses partidistas se interpusieron en el camino para, con pretextos, no permitir la consolidación de su liderazgo.
Que si era hijo de un presidente, si es alto y de piel blanca, así como rubio, eran los puntos frívolos que se ponían en las mesas de discusión para buscar abrirle espacios. En la Ciudad de México, por ejemplo, a pesar de ver a los líderes económicos formales e informales, sencillamente no se lo permitieron.
No estará en la boleta electoral en el 2024, y las personas que tuvimos oportunidad de ver cómo se desempeñaba en el servicio público, y cómo trabajó durante estos 5 años para lograrlo, lamentamos que no esté.
En la industria turística, que ha sido mermada, lacerada y pisoteada por el gobierno federal y varios locales que no entienden la relevancia que tiene tanto en temas económicos, como de empleo entre otros, lamentamos aún más su salida pues es difícil que los liderazgos no involucrados con el turismo le entiendan, y seguiremos perdiendo posiciones en la política pública del país, también en las preferencias de viajeros, y reduciendo la marca turística México al igual que como lo hicieron con la marca CDMX, a un nivel ínfimo.
Pero como buen líder, su comportamiento al no pasar a la siguiente etapa del Frente Amplio por México fue excepcional, y decidió sumarse y sumar al proyecto. Enrique, es un hombre que necesitamos esté por su preparación, articulación, compromiso y respeto, en alguna posición de liderazgo o el Congreso, para impulsar las adecuaciones y cambios que se necesitan generar en nuestro país, así como para contar con contrapesos que, como el líder que ha mostrado ser, le permita continuar vigente en estos tiempos de controversia y desafío porque sencillamente cree, y estoy de acuerdo, que “un mucho mejor México, es posible”.