Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
¡Serenooo! moreno!
Será el sereno, pero este lunes 2 de enero “la plagiaria de Aragón” se
convertirá en presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
y, por tanto, en la nueva titular del Poder Judicial de la federación.
Los López del sur ya la avalaron.
Uno, como presidente constitucional; el otro, como eventual presidente
provisional “en tanto el Congreso nombra al presidente interino o
substituto”.
Con el lavatorio a cuestas, el de Macuspana asegura que “cualquier
error o anomalía cometida por la ministra Yasmín (Esquivel) cuando
presentó su tesis de licenciatura, fue infinitamente menor al daño que
han ocasionado a México Krause y el señor que hace la denuncia
(Guillermo) Sheridan.
No se sabe si la esposa del constructor de los segundos pisos del
periférico, de líneas del metro o vías rápidas en la Zona
Metropolitana del Valle de México se Riobóo la tesis con que obtuvo su
licenciatura.
Lo cierto es que la aspirante a presidir el más alto tribunal del país
cree que su plagio fue plagiado a su vez (mi tesis “es un proyecto
original y auténtico que empecé a redactar y revisar desde 1985. Un
año antes de la tesis “similar” que habría elaborado el estudiante
Edgar Ulises Báez Gutiérrez”)
“Mi tesis la inicié en 1985” un año antes de que se publicara el del
abogado Edgar Ulises Gutiérrez Báez.
O sea…
En la revisión de ambos documentos la UNAM encontró “coincidencias
importantes” tanto en la tesis plagiada, elaborada por Esquivel con el
apoyo de la asesora Martha Rodríguez Ortiz como en la presentada por
Gutiérrez Báez.
En otro tiempo hubo en México y en otros países personajes encargados
de cantar la bola.
Iban uniformados con un capote gris. Les decían los serenos.
Su grito de batalla era: “las doce y todo serenooo”.
Para ser Serenos era necesario no tener antecedentes penales, medir
150, tener voz fuerte y clara y estar entre los 20 y 40 años de edad
(algo así como 90 por ciento de lealtad y 10 por ciento de
experiencia)
Medios de prensa dan cuenta de esa irregularidad y de muchas otras cosas.
Ya imagino el primer lunes de 2023: “las doce y todo serenooo…”