Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
«¡Dame una I.!
«¡Dame una N.!
«¡Dame una E.!
¿qué dice?»…
· «¡INE! “…”
Otra vez»…
· «¡INE!»…
«Un chingo de veces»…
· «¡INE, INE, INE!».
La numeralia no importa.
El hecho es que este domingo 13 cientos, miles de mexicanos salieron a
las calles “en defensa de nuestra democracia y de nuestro sistema
electoral”
Lo hicieron de manera individual o por filiación política partidista;
seguramente por actividad.
La marcha del domingo 13 fue un No al proyecto Obrador para que los
órganos electorales hagan lo que le dé su regalada gana.
José Woldenberg, quien fuera consejero presidente del Instituto
Federal Electoral (IFE) llamó a los congresistas a defender “lo
edificado en materia democrática y a no conducir a nuestro país a
elecciones a modo y antidemocráticas”.
México, dijo, dejó de ser partido, “de elecciones no auténticas, para
abrirle paso a la diversidad política, a elecciones libres,
democráticas, creíbles”.
“El país no puede volver a una institución electoral alineada con el
gobierno, incapaz de garantizar la jornada electoral en paz.
“El INE no se toca” era la respuesta unánime de los asistentes.
Cabezas visibles en la marcha fueron Vicente Fox Quesada, quien se
declaró listo para entrarle “a los chingadazos” en caso de que AMLO
quisiera prolongar su mandato; MarKo Cortés y Santiago Creel.
Mauricio Tabe, Lía Limón, Giovani Gutiérrez, Margarita Saldaña, Alfa
González, Daniela Álvarez …
Por allá, Claudio X. González y Gustavo de Hoyos.
Muy a su manera, Salomón Chertorivski, Emilio Álvarez Icaza, Germán
Martínez Cázares
Los presidenciables: Beatriz Paredes (en silla de ruedas), Enrique de
la Madrid, Silviano Aureoles
Bueno, hasta Alejandro -Alto, Amito, Malito- Moreno fue uno de los
marchistas no sin antes llevarse su merecido: “vendido”, “traidor”.
“Marcha por la democracia” en la que se miró a Fernando Belaunzaran,
Jesús Zambrano, Margarita Zavala, Miguel Ángel Osorio Chong., Elba
Esther…
De acuerdo con Santiago Creel, líder de los diputados, la reforma
obradorista no pasará: si la aprueba la mayoría morenista, se topará
con la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
La zona centro de las grandes ciudades fue insuficiente para
pronunciarse en contra de la reforma que impulsa Obrador.
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