Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Dos asuntos particularmente graves trae entre manos el gobierno de
Andrés Manuel López Obrador.
El primero tiene que ver con la desaparición del Instituto Nacional
Electoral (INE) para dar paso a un organismo a modo, denominado como
usted quiera.
La andanada, ataques o críticas negativas contra el organismo
electoral está en marcha.
El otro tema es su cristianofobia; es decir, privar, cerrar el paso a
toda manifestación de religiosidad (Noche de muertos, Navidad, Año
Nuevo, Dia de Reyes…) a través de incondicionales en la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
El presidente Obrador es, como todo mundo sabe, Pastor de una iglesia
distinta a la cristiana y enemigo, además, de todo lo que tenga que
ver con la democracia en nuestro país.
De ahí la eventual prohibición para manifestar la fe de cada uno, en
lugares públicos de nuestro país.
¿Imagina usted a las islas del Lago de Pátzcuaro (Janitzio, Pacanda,
Yunuen …) sin sus panteones multicolor?
¿Se da cuenta de cómo sería la Basílica de Guadalupe sin los millones
de feligreses?
¿Qué me dice de la Basílica de Zapopan sin su “generala”?
¿Y del Santo Cristo (Señor de los Milagros) en San Juan Nuevo, Michoacán?
¿Atina usted a darme el nombre de un lugar sin velas o veladoras este
2 de noviembre o bien sin esferas o árboles de navidad el 25 de
diciembre?
Desde que Jesús estaba por nacer ha habido gentes empeñadas en matar,
liquidar o desaparecer al histórico personaje.
Usted los conoce.
Ya sabe quién.
Son los mismos de siempre.
Como dijera aquel, “es de que” la semana entrante el alto tribunal
determinará si los Nacimientos navideños en espacios públicos atentan
contra la religiosidad de alguien que hace dos años se inconformó por
esa celebración.
Este miércoles 9 de noviembre estaremos sentados en el quicio de
nuestra puerta “viendo pasar” los cadáveres enemigos.
En otro tema, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) “al
servicio del presidente Andrés Manuel López Obrador” asegura que «los
órganos autónomos como el Instituto Nacional Electoral (INE) son
instrumentos parciales, de sabotaje de la voluntad del pueblo”.
Critica “los privilegios y gastos excesivos” para sostener al actual INE.
La señora Piedra, encargada de esa oficina gubernamental, va por una
nueva forma de elegir a los funcionarios electorales y por acotar su
periodo de mando.
Para no dejar duda, exige a los legisladores una reforma “que otorgue
certeza sobre la organización de las elecciones, sobre la
imparcialidad del órgano encargado de contar los votos y sobre la
designación (a modo) de sus integrantes”.
El INE- IFE, antes Comisión Federal Electoral ha sido organismo
autónomo desde 1993.
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