Para Contar
Rubén Garnica Monroy
Profesor investigador de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del Tecnológico de Monterrey campus Querétaro.
En tiempos recientes hemos podido notar que existe muy poca conexión, en el día a día, entre la producción de conocimiento científico y académico y cómo es que la sociedad, es decir nosotros, adoptamos este conocimiento en nuestra vida diaria. Piensen que es muy poco probable escuchar en una conversación de sobremesa cómo es que el cambio climático está afectando nuestras vida, aún cuando todxs hemos escuchado de este fenómeno global.
Estoy seguro que en el mundo y en nuestro país, miles de científicos están haciendo mucha investigación en beneficio de la humanidad y de nuestro planeta y se publican cientos de artículos y reportes. Entonces, ¿cuál es el problema?
Desde el punto de vista de un científico, creo que hay varias circunstancias que nos han hecho “alejarnos” de uno de los principales objetivos de la generación del conocimiento: usar los hallazgos como una herramienta para tomar decisiones que nos afectan en la vida inmediata o futura. Una circunstancia, que creo fundamental, es que pensamos en la ciencia como algo que sólo algunos cuantos pueden entender y discutir. Otra es que escribimos artículos que son innaccesibles para la mayoría de la gente, no solamente porque sólo se publican en revistas muy especializadas y de muy limitado acceso, sino que el lenguaje que empleamos es sumamente especializado por lo que terminamos predicándole al coro. Aunado a esto, pocos investigadores hemos sido capacitados para comunicar de una manera clara y acertiva la ciencia.
Entonces me pregunto, ¿cómo deberíamos comunicar la ciencia para que usted lector pueda aplicarla en su vida diaria? Creo que deberíamos ver la manera de cómo el conocimiento que generamos puede aplicarse a la vida diaria de una comunidad y entonces, comunicarlo con un lenguaje sencillo y claro, comprensible para todos, con aplicaciones prácticas (en caso de que sea posible).
Pienso que la comunicación es una base para construir una sociedad informada, que sea capaz de tomar decisiones que busquen el bien personal y común.