Itinerario Político
CORREGIDORA, Qro., 20 de diciembre de 2020.- Con una inversión de dos millones de pesos, comienzan los trabajos de limpieza de la Cara Sur del Basamento Piramidal de la Zona Arqueológica El Cerrito a cargo del arqueólogo Daniel Valencia Cruz, responsable de la investigación en el sitio, desde hace más de 25 años y gracias a la inversión realizada por el alcalde Roberto Sosa Pichardo, munícipe de Corregidora, lugar en donde se encuentra asentado este recinto prehispánico.
La Zona de monumentos Arqueológicos El Cerrito se localiza a seis kilómetros al sur del centro histórico de la ciudad capital, en el municipio de Corregidora en el estado de Querétaro. En la década de los 80 del siglo pasado, se realizaron los primeros trabajos en el sitio que se enfocaron al estudio del patrón de asentamiento poblacional y el análisis espacial regional.
Su investigación sistemática fue retomada en el año de 1995 por parte del arqueólogo Daniel Valencia con acciones de protección física y legal. Los primeros trabajos consistieron en la reconstrucción de la malla perimetral que circundaba al sitio, así como la contención de derrumbes en su principal estructura, el Basamento Piramidal. La limpieza general de basura moderna y su deshierbe, acompañado de la colocación de señalética preventiva, fue lo que permitió dignificar la imagen del sitio ante la comunidad, en los años siguientes.
Sin embargo, es hasta el año 1998 cuando se logran conjuntar esfuerzos y voluntades políticas para trabajar en el sitio. Habrá que reconocer desde ese momento, el acompañamiento y apoyo del Municipio de Corregidora y el Gobierno del Estado de Querétaro a través de sus secretarías de Turismo y Obras Públicas, haciéndose tangible en la primera temporada de campo, entre los años 1998 y 1999, cuando se efectuaron importantes hallazgos arquitectónicos y de escultura en piedra en la esquina sureste del Basamento Piramidal.
Desde entonces los objetivos del proyecto arqueológico del INAH han sido los siguientes: la investigación y conservación arqueológica, la protección física y legal, incluida la recuperación de predios dentro de la delimitación declarada y la conservación del medio ambiente. Después de una larga gestión de cinco años, el sitio obtuvo su mayor protección jurídica el día 16 de noviembre del año 2000, al ser declarado Zona de Monumentos Arqueológicos El Cerrito, por el Poder Ejecutivo Federal
Cabe mencionar que la protección del medio ambiente durante estos años ha sido una prioridad. El tipo de plantas que crecen dentro de la delimitación, son especies adaptadas a poca humedad y suelos delgados. Esta situación permite que la mayoría de plantas, retiradas por las exploraciones, fueran replantadas en espacios erosionados y sin vestigios arqueológicos. El resultado a la fecha es un espacio lleno de una cubierta vegetal de especies nativas, un nicho ecológico, sobreviviente a los embates urbanizadores modernos. Recientemente se han ocupado el lugar tres familias de zorros, desplazados por el crecimiento urbano, quienes encontraron un espacio en la ZMA El Cerrito.
Por su parte, la investigación y conservación arqueológica del Basamento Piramidal, plazas y altares, ha tenido resultados sorprendentes ante la incredulidad de develar un sitio ceremonial prehispánico en donde todavía se pueden distinguir las formas, trazos y texturas de sus principales edificios.
En el 2020 el municipio de Corregidora y el Instituto Nacional de Antropología e Historia han planteado como objetivo contribuir en la investigación y protección del sitio arqueológico, retomando los trabajos de la cara sur que se llevaron a cabo en una primera etapa en 2006. Los trabajos que iniciaron recientemente consisten en la estabilización estructural por medio de trabajos de limpieza y retiro de vegetación seca y plantas que ponen en riesgo la estructura del basamento, retiro de derrumbes suelto y consolidación de muros de fachadas y subestructuras en la parte alta en la cara sur del Basamento Piramidal.
El arqueólogo Daniel Valencia comenta “El basamento piramidal es un hito arquitectónico dentro del paisaje natural prehispánico. Desde él se observaban las unidades productivas y habitaciones de la parte sur del valle de Querétaro, y en contraparte desde ellas, sus habitantes se identificaban con su centro ceremonial y su basamento piramidal monumental, convirtiéndose en un paisaje cultural. Más allá de sus valores históricos y simbólicos, el basamento piramidal o pirámide es un elemento de identidad para los habitantes del Pueblito, de ahí el interés de seguir viéndolo como el emblema de la zona arqueológica”.
Los trabajos preliminares comenzarán a finales de 2020, intensificándose a mediados de 2021. Se planea que ésta temporada de trabajo dure 5 meses, en ésta temporada de sequía, lo que facilitará el trabajo y sus resultados.
Sin duda los visitantes y vecinos a la Zona Arqueológica, podrán a la distancia, observar la evolución de los trabajos que serán realizados en la Cara Sur del Basamento Piramidal.