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QUERÉTARO, Qro., 8 de junio de 2024.- La majestuosidad del Centro Histórico de Oaxaca se erige como un testimonio vivo de la rica historia y cultura de México. Reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, este enclave colonial español del siglo XVI no solo cautiva a los viajeros, sino que también sirve como un ejemplo magistral de la arquitectura y el legado cultural de la región.
La inclusión de la ciudad de Oaxaca en la prestigiosa lista del Patrimonio Mundial, junto con la zona arqueológica de Monte Albán, subraya su importancia histórica y su valor excepcional. La UNESCO elogió la ciudad como un modelo ejemplar de un pueblo virreinal español del siglo XVI, destacando su rico patrimonio arquitectónico compuesto por templos, plazas y mansiones.
Uno de los aspectos más impresionantes que resaltó la UNESCO fue la capacidad de los edificios del antiguo Antequera para adaptarse a una región sísmica, demostrando su volumen y solidez como una notable hazaña arquitectónica.
Oaxaca, una de las primeras ciudades españolas en México, fue trazada por el alarife Alonso García Bravo en 1529, inspirado en su trabajo previo en la Ciudad de México. Este trazado reticular situado a los pies del cerro del Fortín, cerca de las ruinas de Monte Albán, sentó las bases para el florecimiento de una de las ciudades más hermosas e interesantes del período novohispano.
Los templos de Oaxaca son legendarios, desde la imponente Catedral hasta la exquisita basílica de la Soledad, cada uno cuenta historias de fe, arte y cultura. Los palacios, convertidos en museos y centros de estudio, también añaden una capa adicional de profundidad histórica y belleza a esta ciudad única.
El Centro Histórico de Oaxaca es mucho más que una colección de edificios antiguos; es un testimonio vibrante de la diversidad y la riqueza cultural de México, uniendo pasado y presente en un mosaico de arte, arquitectura y tradición.