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QUERÉTARO, Qro., 3 de diciembre de 2024.- El aumento de enfermedades cardiovasculares en los últimos años ha generado preocupación en la comunidad médica. Según un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 18 millones de personas mueren cada año debido a problemas cardíacos, convirtiéndolas en la principal causa de mortalidad global. Esta tendencia alarmante ha impulsado a los expertos a redoblar esfuerzos para promover hábitos de vida saludables.
Entre los factores de riesgo más comunes se encuentran la mala alimentación, el sedentarismo, el estrés y el consumo de tabaco. Estos hábitos contribuyen al desarrollo de hipertensión, diabetes y obesidad, enfermedades que aumentan considerablemente el riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular. La OMS destaca la importancia de realizar ejercicio físico, mantener una dieta equilibrada y evitar el consumo de sustancias nocivas.
El gobierno y diversas organizaciones no gubernamentales han intensificado campañas de concientización sobre la prevención. A nivel mundial, se han implementado políticas para reducir el consumo de alimentos procesados, aumentar el acceso a servicios médicos y fomentar la actividad física en las escuelas. Sin embargo, los expertos advierten que aún queda mucho por hacer para lograr una transformación real en los hábitos de la población.
La detección temprana y el tratamiento adecuado son esenciales para reducir las muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares. Los médicos enfatizan la importancia de realizar chequeos regulares y monitorear los niveles de colesterol y presión arterial. De este modo, se pueden tomar medidas preventivas a tiempo y evitar complicaciones graves en el futuro.