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ITALIA, 10 de marzo 2020.- En silencio aterrador reinaba el lunes en el Trastevere, el barrio de «la movida» en Roma, que amaneció con bares y restaurantes cerrados, las calles desiertas y la gente encerrada en sus casas, tal y como dispuso el gobierno para contener la epidemia de coronavirus.
No tenemos otras armas. Tenemos la misma que se usó en siglo XIV contra la peste negra. La de evitar el contacto con los demás», resumió en la radio pública RAI3 Carlo Palermo, del sindicato de médicos Anao Assomed al comentar las medidas de aislamiento adoptadas la víspera para todo el país, informa AFP.
La histórica e inédita decisión, tomada ante el vertiginoso ascenso de los contagios en Italia -que el lunes subieron a 9 mil 172 con 463 decesos- genera sentimientos encontrados entre la población, desde pánico y consternación pasando por la avidez, la indiferencia, pero también por la solidaridad y una suerte de optimismo.
No estamos preparados para un evento de estas proporciones. Esto es peor que una guerra. Es algo mundial y el enemigo es invisible. Es como si hubieran llegado los extraterrestres porque para una gripe en el invierno ya tenemos la vacuna», confiesa Raffaelle Scaramella, un empleado del Instituto Superior de Salud mientras se dirige a su casa tras hacer unas compras.
Después de que el jefe de gobierno Giussepe Conte anunciara la noche del lunes que el país entero quedaba en situación de aislamiento, como ya lo estaban Lombardía y otras 14 provincias del norte, los supermercados que abren las 24 horas al día fueron prácticamente asaltados.
La salsa de tomate, el atún y el papel higiénico son los productos más vendidos además del gel desinfectante», comentó Michele, mientras colocaba en las estanterías vacías del supermercado paquetes de pasta.
El temor a la escasez de alimentos, a una suerte de estado de sitio contra el enemigo invisible, el Covid-19, obligó al gobierno a divulgar una nota este lunes que explica que los supermercados permanecerán abiertos y serán abastecidos «regularmente».
Pese a la atávica indisciplina de los romanos, la mayoría cumple las disposiciones, conversan respetando la orden de mantener al menos un metro de distancia y circulan pocos automóviles.
‘TODOS EN CASA’
Los bares y las oficinas de correos están medio vacíos, así como los autobuses, donde los pasajeros usan mascarillas y guantes de plástico.
Los desplazamientos quedaron prohibidos en todo el territorio y solo se permitirá viajar dentro de Italia por motivos justificados de trabajo, por cuestiones de salud y por otras razones de urgencia comprobadas.