Líneas Quadratín
Anel Torres Rodríguez
Profesora de la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.
Estos últimos días han sucedido cosas que han sacudido mi esencia de una forma inesperada. La energía e intensidad que generalmente caracteriza mis acciones ahora no está. Mis brazos se sienten cansados y mi corazón roto. Más aún, si vemos la televisión, manejamos en las calles, u observamos a las personas; solo encontramos enojo, estrés, un yo voy primero y tu hazle como puedas, entre otras acciones que marcan nuestro contexto social hoy en día; y no se siente bien.
La necesidad de recuperar lo perdido con el tiempo de pandemia, ha despertado una vorágine insaciable tanto en las personas como en las organizaciones; en la que la supervivencia del más fuerte es lo que rige el actuar de la mayoría, y la realidad es que, si no colaboramos, si no nos preocupamos por el otro, si no buscamos el bien común, se nos va a hundir el barco, ese barco llamado México.
¿Cómo hacer que la empatía sea nuestro timón? Esa forma de ponerse y andar por algunos pasos en los zapatos del otro, para finalmente entender lo que siente y vive, lo que lo mortifica y lo motiva y así encontrar un diálogo común donde todos tengan voz y comprensión.
¿Cómo hacer para que entendamos que colaborar con los demás es esencial? Colaborar desde la diversidad de ideas y de actuares nos fortalece, nos complementa, y podemos construir una sociedad más sólida donde todos y todas se sientan seguros y puedan florecer. No es tu espacio y mi espacio, es el bien común, es el permitir que surja la inteligencia colectiva que nos hace más fuertes.
¿Cómo hacer para entender que la clave está en participar, involucrarse? No podemos ser ajenos a lo que sucede alrededor, porque finalmente, ese alrededor nos llega para bien o para mal. La sociedad y las organizaciones necesitan de sus ciudadanos; ciudadanos conscientes, que levanten la voz con saber, cordura y respeto, pero que la levanten y se hagan presentes. Que se unan a las voces que los necesitan y que no han sido escuchadas.
Las respuestas están en todos y cada uno de nosotros, si somos empáticos, colaboramos y nos involucramos en mantener este barco a flote.