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QUERÉTARO, 29 DE JUNIO 2017.- Gilberto Herrera rector de la UAQ informó que tras realizar una revisión de los maestros que daban clases en los grupos de la Escuela de Bachilleres se detectaron más de cinco, que no acudían a sus clases y que posiblemente pagaban a otras personas para que dieran la materia que les correspondía impartir.
«Teníamos un sistema de vigilancia en torno a la asistencia de los maestros, a raíz de esta auditoría se le cuestionó a los alumnos quienes les daban a clase, fue aquí cuando no empezaron a coincidir los resultados, también los alumnos empezaron a decir que había materias que les hacían falta, por lo que se investigó el tema».
Derivado de estas revisiones al cotejar la lista de los maestros asignados, con los que estaban dando la clase, se verificó que no coincidían los nombres, por lo que se hizo una revisión y se localizaron varios casos de maestros que no acuden a sus grupos y que pagaban a otras personas para dar sus clases.
«Un profesor de tiempo completo de la universidad gana 50 mil pesos brutos al mes, Y su carga horaria es de 15 horas a la semana,por lo que si uno hace las cuentas de puede dar 900 o más de mil pesos la hora, y pagarle un sustituto 100 o 150 pesos para cubrir esta aplicación, los profesores de tiempo completo tienen por lo menos maestría y son muy importantes para la universidad por ello les damos a ellos la clase y no otro tipo de personas».
«Hay gente responsable de vigilar que este tipo de situaciones no se generen, en el caso de la Escuela de Bachilleres, si se sabe que un maestro se dio de alta, se debe corroborar que este diera la clase, se permitió que otra persona diera la clase, sabemos de un maestro que pagaba a otra persona, pero solo es un caso».
En este sentido el rector Gilberto Herrera aseguró que será el área jurídica la que se encarga de determinar qué sanción tendrían los implicados en este caso, no obstante aseguró se irá hasta las últimas consecuencias en este tema.
«Yo creo que la universidad debe mandar un mensaje muy claro en este caso, nosotros habíamos asumido que estas prácticas eran cosas del pasado, que esto ya no existía, y por lo tanto debemos dar una sanción en todos los niveles e irnos hasta las últimas consecuencias que fue lo que exigió el Consejo Universitario».