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COREA., 09 de febrero de 2018.- Tras dos candidaturas derrotadas, Pyeongchang inauguró los Juegos Olímpicos de Invierno con una ceremonia de gala cuyo tema principal es la forma en que Corea del Sur salió de la pobreza y se convirtió en una de las naciones más modernas de Asia.
Los Juegos podrían abrir nuevas vías hacia una cooperación que ahora no parece tan imposible entre las Coreas, luego de un proceso de reconciliación en las últimas semanas y esta edición podrían quedar en el recuerdo por una serie de acontecimientos políticos que rodean la celebración, informa La Razón
Pyeongchang, es una de las localidades más frías y pobres dentro de una Corea del Sur, se constituirá durante un par de semanas en la capital de los deportes invernales.
Aunque la competencia comenzó desde el jueves, la tan esperada ceremonia de apertura se realizó este viernes 9 de febrero.
La ceremonia de apertura, titulada “Peace in Motion” se llevó a cabo en el estadio Olímpico de Pyeongchang a la que asistieron 35 mil personas y se celebró las características coreanas y tradicionales de armonía y convergencia, y subrayando la esperanza de paz del pueblo coreano.
Habrá muchas emociones para los fanáticos de los deportes que se practican en la nieve y el hielo, y también para quienes sólo echan un vistazo a estas disciplinas cada cuatro años.
En el ámbito deportivo está por verse si los 168 deportistas de Rusia, que deben competir con uniforme neutral y bajo la bandera olímpica como sanción por un abarcador programa de dopaje, pueden conseguir alguna presea de oro para un país que bajo otras circunstancias sería una de las grandes potencias de estos juegos.
En las dos candidaturas olímpicas en que Corea del Sur no consiguió la sede, había enfatizado en que los Juegos Olímpicos de Invierno podrían allanar el camino hacia la paz con Corea del Norte. Pyeongchang tuvo éxito finalmente en 2011, con otra meta, claramente capitalista: impulsar el turismo de deportes invernales en Asia.
Agentes norcoreanos detonaron un avión comercial surcoreano antes de los Juegos Olímpicos de verano que se realizaron en Seúl en 1988. Fue un intento claro para disuadir a los visitantes.
Corea del Norte boicoteó aquellos juegos. Unos años después, el descubrimiento del avance conseguido por Pyongyang en sus programas nucleares desató una crisis en la Península de Corea. La situación se ha agravado al paso de los años, a medida que el Norte se ha acercado a la posibilidad de construir un arsenal nuclear con capacidad de llegar a Estados Unidos.
Así, queda claro que en estos juegos, el deporte no será lo más importante.