Líneas Quadratín
Por: Pablo Hiriart
MÉXICO, 27 de febrero del 2017.- López Obrador rehuyó el reto de un “cara a cara” con Miguel Ángel Yunes, quien acusó a Morena de recibir dos y medio millones de pesos al mes del erario veracruzano, gentileza del entonces gobernador Javier Duarte.
Era una gran ocasión para dejar como mentiroso a Yunes.
La coartada de AMLO para no acudir al debate donde le enseñarían las pruebas de que su partido era financiado por Javier Duarte, fue que “me pueden robar la cartera”.
Si ese era el problema, muy sencillo, que no lleve cartera.
Obviamente Yunes está obligado a presentar algún tipo de prueba para sustentar su acusación del financiamiento millonario de Duarte a López Obrador.
Si las tiene, lo hará en el momento que considere políticamente oportuno, y ese momento era el cara a cara entre ambos políticos.
López Obrador no quiso ir. ¿Por qué?
Tenía en sus manos acabar con la carrera política de Miguel Ángel Yunes y poner a Morena en la antesala de la gubernatura estatal para las elecciones del próximo año.
Además Yunes no es un político de peso ligero, sino que es el gobernador del tercer o cuarto estado con mayor padrón electoral del país.
La respuesta no puede ser otra que López Obrador tuvo miedo de acudir a la cita con Yunes porque iba a perder.
Más allá de las gracejadas empleadas por AMLO para rehuir el encuentro al que lo retó Yunes, de este episodio surgen algunas líneas de reflexión bastante claras.
¿Por qué se esconde Javier Duarte y no se entrega a la justicia ahora que está su partido en el poder federal? Tarde o temprano lo van a detener, él lo sabe. ¿Qué espera?
Está esperando a que gane AMLO la presidencia y obtener así un juicio más benévolo o “amnistía” de parte de quien llenó de millones cada mes.
Para nadie es un misterio que Morena tuvo apoyo del gobierno de Duarte en las elecciones pasadas. Y apoyo, en estos casos, quiere decir dinero.
El cálculo del PRI era apoyar a Morena para que el voto no se polarizara entre PAN y PRI.
Con una elección dividida en tres el PRI tendría posibilidades de conservar la gubernatura, y estuvo cerca de lograrlo.
Pero ¿quién le daba el dinero a Morena para meterse a la liza? Por lo visto, ya se sabe. Y no era el gobierno federal.
Duarte espera a que gane AMLO la presidencia y obtener así una salida política para un caso judicial.
Tal vez no todo lo que se dice de Duarte sea cierto, pero todo indica que no estamos ante “un chivo expiatorio” como ha expresado el dirigente de Morena.
Hay un caso grave de enriquecimiento inexplicable y enorme irresponsabilidad en el gobierno estatal: 22 toneladas de medicinas caducas fueron encontradas en bodegas en Veracruz, según reveló el secretario de Salud federal, José Narro Robles.
AMLO fue puesto contra la pared y era muy fácil salirse de esa posición exhibiendo a Yunes como un mentiroso y un calumniador. Pero no lo hizo. ¿Por qué?