Itinerario Político
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de junio de 2018.- Ricardo Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente, propuso darle “a todos los estudiantes, de preparatoria y de universidad…una tableta, como lo hemos ya presupuestado, para lograr esas tres cosas: dispositivos, cobertura e internet gratuito”.
A los pocos días comenzó a circular que la propuesta ya había sido lanzada por Nicolás Maduro en Venezuela. “La propuesta de Anaya de dar tablets a cada estudiante ya la hizo Nicolás Maduro. en Venezuela” es el titular de la nota que circula en redes sociales y acumula casi 20 mil interacciones, en páginas de Facebook como Nación Unida, Anonymous México y Pueblo México es Tuyo!!! Despierta!!!!!!
La afirmación es cierta: Anaya presentó una propuesta similar a una que hizo el mandatario venezolano hace tres años.
Pero también podría decirse que la misma propuesta la presentó Enrique Peña Nieto, quien instrumentó en su gobierno la estrategia de la implementación de tabletas al inicio de su administración, aunque destinada a alumnos de quinto de primaria.
El Programa de Inclusión y Alfabetización Digital (PIAD) lanzado por la actual administración no tuvo el éxito esperado. La propuesta de Anaya Cortés -de ejecutarse en caso de resultar electo- tendría que tomar en cuenta los diferentes factores que llevaron al PIAD a ser cancelado.
Alejandro Almazán Zimerman, director general de Únete Compromiso y Tecnología para una mejor Educación, explicó en entrevista que la tecnología impacta en el rendimiento académico con el uso de dispositivos electrónicos, sin embargo, reconoció que el PIAD no funcionó como se esperaba.
“El mayor problema que tuvo el programa (PIAD) es que el enfoque estuvo solo en la tecnología y no en la parte de capacitación, por ejemplo, en el tema sobre el desbloqueo de las tabletas cuando una de éstas por temas de seguridad se le acababa la pila, se bloqueaba y el proceso para desbloquearla era muy difícil además que no dependía de la SEP sino de un tercero, de esto resultó que hubo muchas tablets que ya no se pudieron desbloquear”.
Historia del fracaso del PIAD
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) reportó que “para el ciclo escolar 2014-2015 se estableció la dotación de 709 mil 824 dispositivos electrónicos (tabletas) para el equipamiento de las aulas otorgados a estudiantes de quinto y sexto de primaria de las escuelas públicas en seis estados: Colima, Estado de México, Puebla, Sonora, Tabasco y Distrito Federal”.
En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2015 se asignaron dos mil 510 millones 135 mil 100 pesos para la entrega de tabletas a través del PIAD.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indica que el PIAD no aporta “elementos suficientes para conocer los criterios de cobertura y focalización utilizados”; también señaló que los indicadores proporcionados por el programa son insuficientes para conocer su desempeño y que convendría “contar con un indicador para conocer si hay algún tipo de incidencia en el aprendizaje y otros que permitan dar cuenta de aspectos sustanciales del programa”.
La ASF demostró que 58% de los alumnos encuestados, -es decir, mil 48 alumnos-, indicó que se habían presentado problemas técnicos con su tableta”: 22% de las tabletas revisadas presentaron un problema de calidad, ya que después de cierto tiempo de uso, el puerto de carga se hunde, lo que ocasiona que se vuelvan inservibles. Este problema no se contempló dentro de la garantía del producto, por lo que generó un costo de hasta mil 500 pesos extras a los beneficiarios del programa, lo que representaría adquirir una tableta nueva.
La diferencia sustancial entre el PIAD de Peña Nieto y la propuesta que Anaya Cortés presentó en el debate consiste en que el primero se dirigió a niños de primaria, mientras que el segundo a alumnos de media superior y superior.
De acuerdo con Almazán Zimerman, otro problema fue que no hubo una capacitación en donde el docente se sintiera cómodo para entender cómo poder integrar esas tabletas dentro de una planeación de clase.
A manera de conclusión, el director de Únete mencionó que se debe de entender la tecnología sí ayuda a desarrollar habilidades y, por tanto, el aprendizaje: “que no haya funcionado el PIAD como se espera no es por consecuencia de la tecnología per se sino del mismo programa que tuvo problemas de implementación”.
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