Implementan operativo de inspección en el centro de la ciudad
QUERÉTARO, Qro., 19 de julio 2021.- El crecimiento poblacional del estado, la alta demanda del agua para las actividades agrícolas y de asentamientos habitacionales, así como los rezagos en su tratamiento doméstico e industrial y la falta de políticas públicas para el manejo del líquido son aristas que presionan el abastecimiento del agua en Querétaro.
El crecimiento desmedido de la entidad y de la población ha acelerado la escasez del agua, fenómeno que incide en el abatimiento de los acuíferos y en que el estado esté cada vez más cerca de llegar a la denominada agua fósil –cuya limpieza se complejiza– explica el secretario Técnico del Colegio de Ingenieros Civiles de Querétaro (CICQ), Pablo Talamantes Contreras.
En el 2019 la Comisión Estatal de Aguas (CEA) estimaba que llegar al agua fósil del acuífero del Valle de Querétaro llevaría un plazo aproximado de 84 años, sin embargo, explica Talamantes, este periodo podría acortarse si desde ahora no se generan estrategias para abatir el problema.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) en el 2020 la entidad reportó una tasa de crecimiento media anual de la población de 2.7%, la segunda más elevada entre los años censales del 2010 y el 2020.
El crecimiento descontrolado del estado, expone el ingeniero civil con maestría en ingeniería hidráulica, genera que se intensifique el desarrollo de fraccionamientos sin que se esté garantizado el tratamiento del agua.
“El problema que tenemos en Querétaro es el crecimiento desmedido de la población, lo que ha generado una acelerada escasez del agua (…) El Acueducto II ha venido a resolver estos abatimientos, pero el crecimiento desmedido de lo que es Querétaro en cuanto a población es lo más preocupante, Querétaro ha ido creciendo de una manera no controlada, se abren bastantes fraccionamientos, pero el suministro del agua –principalmente el desecho de los drenajes sanitarios– ¿hacia dónde van a ir?”, expuso.
Con información de El Economista