MORELIA, Mich., 8 de julio de 2020.- “Pensé que me iba a morir; incluso, empecé a poner en orden mis asuntos, me sentía tan mal, que hubo momentos en los que creí que no iba a sobrevivir”, relata Fermina, maestra jubilada y paciente en recuperación luego de experimentar infección por coronavirus (Covid 19).

Tras 30 días de lucha contra la enfermedad, Fermina aún enfrenta las secuelas, sobre todo fatiga extrema e hipersensibilidad, que le impiden reincorporarse a sus actividades cotidianas, pese a que ha superado las fases críticas del padecimiento.

Empezó como un malestar inespecífico, que le afectó, al igual que a su hijo, luego de ayudar en el cuidado de un familiar enfermo.

“Tenía síntomas de gripa, y mi hijo, diarrea, intensa, hasta nueve evacuaciones diarias. Fuimos a consulta con un médico, que me recetó fármacos para el resfriado, pero no mejoré; entonces, acudí al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y me diagnosticaron Covid 19”, agregó.

Antihistamínicos y antigripales fueron el tratamiento indicado, complementado con reposo y aislamiento, los cuales se encaminaron más a buscar aliviar la sintomatología y evitar la propagación del patógeno, que a la curación de la paciente.

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