Líneas Quadratín
Andrés Manuel, controla a Morena de manera patrimonial como líder moral. Ahora también es el presidente formal.
Morena nació y creció como el partido de un solo hombre, amo, dueño y señor de horca y cuchillo. Ahora las circunstancias han obligado que el señor López asuma plenamente el liderazgo institucional de ese partido para darse más fuero y más cuero. Para blindarse contra la reforma electoral promovida por Manlio Fabio Beltrones que busca sacarlo a patadas de radio y televisión por andar en campaña presidencial adelantadísima poniendo el suelo disparejo.
Al usar sin medida los tiempos mediáticos que corresponden a Morena, López Obrador ha sido acusado de ambicioso, inmoral o poco ético por aprovechar los vacíos de la ley que le otorgó 1 millón 200 mil spots gratuitos en los medios electrónicos.
A partir de ahora, nombrado por aclamación máximo dirigente nacional de Morena, El Peje podrá placearse a sus anchas para privilegiar su único interés terco, obsesivo y delirante: llegar a Los Pinos.
¿La tercera será la vencida?
López Obrador no cabalga a lomos de mejor caballo pero sí es el mejor jinete. Es el político más conocido de México rivalizando en popularidad y recordación con el Presidente de la República –96 de cada 100 ciudadanos lo identifican plenamente.
Podemos cuestionar los mecanismos patrimonialistas o caciquiles de AMLO pero el hecho es que en la ley no hay nada que no lo impida, por eso el PRI quiere modificar la ley con dedicatoria para evitar insomnio y pesadillas rumbo a 2018.
Ricardo Anaya, líder del PAN, ya se puso los guantes; cotiza caro el apoyo azul a la iniciativa Beltrones. Si quieren al panismo celeste, que les cueste; los priistas deberán aceptar las segundas vueltas electorales y las candidaturas comunes en elecciones federales.
Si la ley electoral se modifica, deberá ser pareja y frenar no solo al desbocado Andrés Manuel, sino al resto de los dirigentes partidistas, gobernadores y todos aquellos quienes –por la libre o la de cuota– suspiren por la grande haciéndose promoción descarada cargando facturas al erario público. Para eso urge cambiar también el artículo 134.
Una reforma seria debería cambiar también el modelo de comunicación política que solo beneficia a la partidocracia institucional y amarra con cadenas y candados a los candidatos independientes, en perjuicio de la democracia.
EL MONJE LOCO: Andrés Manuel no da brinco sin huarache y Manlio Fabio Beltrones no dará huarache sin brinco.
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