Líneas Quadratín
Escala la confrontación entre el Gobernador de Morelos y el flamante Presidente Municipal de Cuernavaca por el Mando Único Policial.
Graco Ramírez y Cuauhtémoc Blanco intercambian agravios; entre ambos sólo cabe el pleito callejero.
Si el ex futbolista denuncia golpe de estado por decreto del Gobernador, el mandamás morelense no duda en acusar a algunos colaboradores y socios sucios del alcalde de ser una banda de criminales vinculados con Los Guerreros Unidos; la oposición a la entrada en vigor del Mando Único tiene que ver con ello.
En varias entrevistas, Graco Ramírez se ha referido específicamente a los hermanos Roberto Carlos y Julio CésarYáñez Moreno quienes integran el gabinete del ex futbolista y pretenden aprovecharse de la inexperiencia política del aprendiz de brujo; asegura que tienen conexión con Federico Figueroa (hermano del famoso canta autor Joan Sebastian) presunto vocero y dirigente de la organización criminal en Cuernavaca, relacionado con ex alcaldes, políticos y empresarios.
También en público, Cuauhtémoc Blanco hace berrinche. Responsabiliza al Gobernador por si algo le llega a pasar a él, su familia o colaboradores y reprocha a la autoridad estatal haber “sacado a patadas” a Carlos de la Rosa, fugaz Secretario de Seguridad de Cuernavaca. Promete impugnar el ordenamiento gubernamental que viola la autonomía municipal; defenderse con “los pantalones bien puestos”.
“La medida del Mando Único es legal y constitucional, no es un capricho” revira el Gobernador de Morelos.
En el terreno político Graco Ramírez revela que detrás de El Cuau no solo están los intereses económicos de sus socios sucios, sino todo un plan para dejar a la ciudad de Cuernavaca –otra vez– a expensas de la delincuencia.
La trama del drama integra a la cúpula de Los Guerreros Unidos, a la dirigencia del Partido Social Demócrata y por supuesto al propio Cuauhtémoc Blanco quien estaría embarrado con pleno conocimiento de causa o por ignorancia en el peor de los casos.
El asunto de fondo, no es sólo el Mando Único sino dejar en claro que un municipio no puede quedar a expensas de los designios de una organización violenta y menos cuando el plan de dicha banda está a la vista de todos.
De comprobarse la acusación de Graco Ramírez, el gobierno de Cuernavaca quedaría desmantelado, y la imagen del ex ídolo deportivo sin credibilidad ni autoridad.
¿Pero para qué discutir si todo esto puede arreglarse a chingadazos?
EL MONJE REFRANERO: ¿Será que el vivo vive del bobo?
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