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QUERÉTARO, Qro., 7 de noviembre de 2013.- La coreógrafa, bailarina y maestra Guillermina Bravo, piedra fundacional de la danza moderna en México, quien falleció este miércoles a los 92 años de edad en la ciudad de Querétaro, será velada, de acuerdo con información de El Universal, en el Centro Nacional de Danza Contemporánea que fundó hace 22 años y el viernes recibirá un homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes.
Para la crítica especializada la coreógrafa nacida en Chacaltianguis, Veracruz en 1920, era la figura más relevante de la danza mexicana en el siglo XX.
«La Bruja», como se le conocía, fue madre de la danza moderna mexicana, protagonista indiscutible del movimiento nacionalista que dio rostro al México post revolucionario con obras coreográficas emblemáticas como «El Zanate», música de Blas Galindo y diseños de Gabriel Fernández Ledesma; «Recuerdos a Zapata», ballet-cantata con música de Carlos Jiménez Mabarak; y «Alturas de Machu Pichu», música de Beethoven y diseños de Julio Prieto.
La maestra Guillermina Bravo cuenta con alrededor de 57 montajes de su autoría, y a lo largo de su carrera fue objeto de numerosos reconocimientos, como el premio José Limón (1989) y el premio Nacional de Ciencias y Artes (1979), convirtiéndose en la primera mujer en obtener este galardón. En 1993, en el marco del Festival de Danza de San Luis Potosí, se creó el premio que lleva su nombre. Fue designada desde 1994 como creadora emérita del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
En 2011 recibió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes por sus 90 años, celebración que significó su última aparición pública aunque continuó trabajando cotidianamente en el Colegio Nacional de Danza Contemporánea. A propósito de ese reconocimiento, la coreógrafa dijo a El Universal que «vivía la vida en la realidad».