Libros de ayer y hoy
Dice que no está en campaña, pero miente. Y miente por partida doble el candidato López Obrador. Veamos lo que dijo en una reciene gira electoral en Coatzingo, Puebla:
“Una vez que gane las elecciones presidenciales (se implementará) un programa especial para rescata al campo del abandono irracional en que ha estado durante los años recientes” (La Jornada, 7 de marzo, pág. 6.)
No se mordió la lengua porque ya tiene experiencia en mentir, pero lo que dijo es una falsedad absoluta.
Primero, demuestra que sí está en campaña pues hace promesas para cuando Morena gane la Presidencia.
El INE y los demás partidos hacen caso omiso a esas violaciones a la ley, pues consideran que castigarlo fortalece a López Obrador. Él aprovecha la circunstancia para victimizarse y decir que todos están en contra suya.
Se trata de una estrategia que tiene ganancia por donde se le mire: hace campaña anticipada, cosa que ningún otro precandidato puede realizar, y si lo sancionan se tira al piso y logra la atención nacional al pobre agredido por “la mafia” en el poder.
En ese mismo evento dijo que “se importa 40 por ciento del maíz, 20 por ciento del frijol y 80 por ciento del arroz que consumimos”.
Otra gran mentira, pues. No importamos una sola mazorca de maíz blanco, que es el destinado al consumo humano.
Al contrario, exportamos maíz. Según cifras recientes de la Secretaría de Agricultura (SAGARPA), exportamos anualmente 742 mil toneladas de maíz blanco, lo que significa un 98.4 por ciento más que hace un año.
¿De dónde saca López Obrador que importamos el maíz que consumimos? Lo saca de su inagotable arsenal de mentiras con las que engaña a la población en sus recorridos de campaña por todo el país.
Las importaciones de frijol son cada vez menores. En el año reciente fueron de menos del 6.5 por ciento de la oferta total. ¿Por qué miente de esa manera? Porque está en campaña, contra la ley, pero en campaña.
El campo mexicano, por primera vez en la historia, reporta ingresos de divisas superiores al petróleo y al turismo.
Y gracias al Tratado de Libre Comercio la balanza agropecuaria con Estados Unidos nos favorece. Le vendemos más de lo que le compramos.
¿Se acuerdan cuando AMLO y los suyos decían que el Tratado iba a matar a los agricultores mexicanos? Antes del TLC la balanza comercial en productos agrícolas favorecía a Estados Unidos en alrededor de tres mil millones dólares. Hoy favorece a México.
Es cierto que hay dos realidades en el campo. Uno es el campo tecnificado que produce hortalizas, frutos rojos y es bueno para la crianza de ganado, y otro que es árido, donde no crece ni el zacate: fue el que repartió la demagogia gobernante en tiempos en que López Obrador y muchos de quienes lo acompañan militaban en el PRI.
Desde luego que hay que apoyar al sector campesino más vulnerable. Pero eso ya no puede hacerse con engaños como hace López Obrador. Y además viola la ley, y tan campante.