Líneas Quadratín
Tan dados que somos al maximalismo de “todo o nada” en los temas públicos (y quizá también en los privados), amanecimos con el anuncio de la postura “de la ONU” para “terminar con la guerra contra las drogas”. Y para allá vamos, o queremos ir.
Ni lo dice la ONU, ni el representante de ese organismo multilateral en México, Antonio Mazzitelli, sugiere dejar el campo abierto al narcotráfico ni dar carta blanca a ese crimen global.
El extremismo y los cambios abruptos de opinión nos impiden cambiar lo que es dable cambiar y amerita atención urgente, pues está en nuestras manos resolver.
Lo primero que debemos hacer es sacar de la cárcel a las casi cincuenta mil personas que están presas por posesión de drogas en una cantidad superior a los cinco gramos permitidos en el caso de la mariguana.
De acuerdo con el estudio realizado por Carlos Resa Nestares de la Universidad Autónoma de Madrid, con datos del INEGI, del total de encarcelados por delitos de drogas, el 79.3 por ciento fue por posesión, mientras el 19.7 restante fue condenado por comercialización, transporte o producción.
Es inhumano, inmoral e inaceptable que a jóvenes que no tienen oportunidad de estudiar ni se les ofrece un empleo digno para vivir, se les meta a prisión por traer mariguana en los bolsillos.
Mientras se cambian las leyes para prohibir a la policía detener a quien porte droga (no me refiero a cargamentos, hay que establecer reglas), existen mecanismos legales para aplicar el indulto.
De los encarcelados por delitos de drogas entre 2009 y 2013, 49 mil 638 personas fueron condenados por posesión de droga. Y la inmensa mayoría de ellos eran jóvenes.
Lo que se castiga es la pobreza, la falta de empleo y de oportunidades de estudio.
Está bien que se discuta la nueva forma de encarar la lucha contra las drogas, dado el carácter multinacional de ese delito. Pero en tanto se llega a algo concreto es imperativo sacar de la cárcel a quienes se encuentran injustamente ahí.
Y también está en nuestras manos, en las del gobierno, lanzar una campaña agresiva en contra de la utilización de las drogas.
De acuerdo con el Instituto nacional de Psiquiatría Juan Ramón de la Fuente Muñiz, el 46.9 por ciento de los consumidores de mariguana en el país tienen entre 15 y 19 años de edad.
Urge advertir con insistencia machacona e inteligente sobre el daño que causan las drogas, pues en eso estamos todos de acuerdo.
Empecemos a cambiar el enfoque de la lucha contra las drogas con lo que está en nuestras manos hacer: canalizar recursos del Estado a la prevención del consumo y no a perseguir y encerrar en una cárcel a quien lleva mariguana en el bolsillo.
La discusión sobre legalizar o no tiene que darse, y es preciso abordar en los foros multilaterales la mejor manera de hacer eficaz la lucha contra el narcotráfico a escala global.
Pero aquí y ahora podemos avanzar: sacar de la cárcel a los presos por posesión de droga, y lanzar campañas preventivas sobre su uso y abuso.