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El Observatorio Ciudadano de Movilidad Querétaro considera que para quienes usan transporte público no existe ningún estímulo.
QUERÉTARO, Qro., 25 de junio de 2015.- Luego de las recientes medidas tomadas por accionistas de Red Q, quienes realizaron el paro de hasta el 50 por ciento de las unidades de transporte público, provocando el desencanto y la molestia de la ciudadanía en su conjunto, el Observatorio Ciudadano de Movilidad Querétaro exhortó a autoridades y accionistas al diálogo.
El observatorio se pronunció a favor de «buscar una solución en conjunto, una que tenga los mayores beneficios colectivos; las personas dejan de percibir su salario, pierden citas médicas, exámenes y demás actividades cuando no cuentan medios de trasladarse a sus destinos».
De acuerdo con un comunicado, la experiencia ocurrida habla también de la urgencia de establecer políticas públicas que beneficien a quienes usan el transporte público.
«Con el apoyo a la tenencia, se subsidia con 400 millones de pesos anuales a quienes poseen un auto particular, fuente de contaminación ambiental, auditiva, accidentes, malestar social, estrés, etc. Automóvil que sólo posee uno de cada tres habitantes de la zona metropolitana.
«Para quienes usan transporte público no existe ningún estímulo sino todo lo contrario: unidades en mal estado, infraestructura hecha en exclusiva para beneficiar los desplazamientos del automovil particular, operadores mal seleccionados, quienes olvidan que prestan un servicio social muy importante, y otras circunstancias por todos conocidas que hacen de esta experiencia una fuente de malestar y descontento generalizado, tanto para usuarios como para no usuarios.
«Las mejores prácticas de movilidad a nivel mundial apuntan a fomentar el uso del transporte público y desincentivar el privado. Es inaceptable para una ciudad como Querétaro, líder en muchos aspectos a nivel nacional, carecer de alternativas de movilidad, que hoy prácticamente se reducen al auto particular o a Red Q».
Urgen a discutir la posibilidad de municipalizar, al menos, una parte del transporte, y cancelar la posiblidad de frenar la actividad económica, educativa, social, cultural y recreativa, tal y como sucedió el día de hoy y ya ha sucedido desde la puesta en marcha del actual sistema de transporte colectivo.