Muere Quincy Jones, productor de éxitos de Michael Jackson y Sinatra
El director de teatro Baruch Rojas Mendoza, asegura que se puede recuperar un sentimiento de esperanza de cada una de ella.
QUERÉTARO, Qro., 25 de diciembre de 2015.- Más allá de la representación evidente del bien y el mal que se observa en las tradicionales pastorelas navideñas, el director de teatro Baruch Rojas Mendoza, asegura que se puede recuperar un sentimiento de esperanza de cada una de ella.
Los personajes en esta representación teatral son construidos para reflejar todo aquello que en nuestra vida diaria ya conocemos como el bien y el mal, y como es sabido el bien en las pastorales siempre gana.
En la actualidad, según Baruch Rojas, se vive una realidad violenta donde muchas cosas no deberían de funcionar como lo hacen. La esperanza es la única garantía de que las personas nos podremos motivar a cambiar pequeñas acciones de nuestro quehacer cotidiano.
«La pastorela es un momento especial porque todo mundo está esperando justo, no tanto la venida del niño Dios sino que las cosas cambien, en navidad pensamos ‘ay, ya voy a ser mejor’ entonces creo que la pastorela funciona como un medio para dar esperanza en este mundo de la violencia» dijo el director de teatro.
Por otra parte, aunque las pastorelas tienen un significado bíblico y religioso católico muy importante, los queretanos de todas las creencias participan de esta tradición por formar parte de una profunda cultura presente en nuestra sociedad en la que siempre se vela por la espera y la paz.
Sin embargo, es imposible negar que dicha tradición se ha ido transformando conforme la sociedad lo ha hecho y le ha dado más o menos importancia a diferentes elementos de la pastorela.
«En realidad creo que ya se le dio un nuevo significado a la pastorelas, pero se trata de rescatar las escenas: la anunciación, la pelea entre el bien y el mal, el diablo que hace sus cosas. Incluso la pastorela de antaño empezaba con la creación, el génesis con Adán y Eva» dijo Rojas Mendoza.
Mientras tanto, lo importante no es luchar porque esta tradición sobreviva porque está viva, solo falta que cada persona decida darle un significado que enriquezca la sociedad que conformamos.