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Liberan a El Gordo de Zempoala; Fiscalía apelará decisión del juez
QUERÉTARO, Qro., 18 noviembre 2013.- El obispo de la Diócesis de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez, envió un mensaje solidario a todos los que sufren situaciones de pobreza y violencia, sobre todo en Michoacán, informó Notimex.
En conferencia de prensa, antes de clausurar la 25 Asamblea Diocesana con más de 500 personas, el obispo prelado pidió rescatar el sentido de la vida y dar luces para recobrarlo, incluso en medio de los problemas.
Agregó que en las visitas casa por casa que realiza la Diócesis, se pretende llevar la fe a los lugares donde se vive violencia, pobreza, o donde se gestan los suicidios.
Sin embargo, aclaró que la situación de violencia también se debe enfrentar denunciando y con una unión solidaria con los hermanos de grupos que sufren, especialmente con los de Michoacán.
“Por esta oleada de violencia que se ha acrecentando y nos unimos a su valentía profética de denunciar la falta de atención al pueblo más pobre, que cada vez es más despojado, en medio de estas circunstancias tenemos que evangelizar y lo seguiremos haciendo”, aseguró.
Subrayó que el evangelizador quiere ser constructor de paz y de comunidad, sobre todo cuando “la situación económica se avecina difícil o ya está, lo podemos tocar cuando visitamos las casas, sobre todo en los sectores más pobres, donde la gente no tiene ni para comer”.
Insistió que no sólo se debe dar una despensa sino la buena noticia y que “la autoridad ponga de su parte”, pero sin dejar de lado el trabajo evangelizador.
Cuando llega un católico misionero, sostuvo, la gente da las gracias e incluso los protestantes abren la puerta con gusto y se admiran de que andemos en las calles.
“No nos vamos a detener, vamos a seguir siempre en las calles, saliendo en las plazas, como ya se ha salido, ahí están los misioneros, quizás anónimos y silenciosos realizando su labor, no necesitamos reconocimientos”, dijo.
Continuó que esta es una obra de fe y organizacional, donde todos los enviados de dios son recibidos con gran alegría y la gente alarga la plática a media hora.