Itinerario Político
La Comisión de Derechos Humanos señala que fue golpeado por sus compañeros antes de morir
MICHOACÁN, 29 de abril 2016.- Sonia Tamatz acaba de enterrar a su hijo de 11 años. El miércoles fue a una junta de padres al colegio de primaria donde estudiaba cuando la interrumpieron para decirle que el niño estaba inconsciente en la puerta de una primaria en un pequeño pueblo michoacano, Opopeo, destaca El País.
«Aquí está su mochila. No la he tocado», cuenta desesperada desde el otro lado del teléfono. Cuando salió a buscarlo, el director y su secretaria estaban intentando reanimarlo con un algodón empapado en alcohol. La Comisión de Derechos Humanos de Michoacán señala que el pequeño fue golpeado por unos compañeros de clase y unas horas después falleció.
«Me voy a morir abuelita», le decía el niño a la suegra de Tamatz. Cuando recobró el conocimiento lo llevaron a un médico de familia que les recomendó el traslado a un hospital en la localidad de Pátzcuaro. A los tres kilómetros el niño, con la tez ya amarilla y desesperado por el dolor que sentía entre la costilla derecha y el pecho, volvió a perder el conocimiento. Falleció en el trayecto. Cuando llegaron a la puerta de urgencias un doctor les dijo que ya no había nada que pudieran hacer.
Su familia no supo lo que le había pasado hasta muchas horas después. El cuerpo se lo llevaron a la capital del Estado, Morelia, para realizarle la autopsia. El resultado: «Asfixia por broncoaspiración de contenido gástrico biliar». En ninguna parte del informe forense que presentó la Fiscalía estatal aparecía lo que sus hermanos y otros testigos les contaron más tarde.
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