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Los síntomas suelen aumentar en número y gravedad con la progresión de la enfermedad
QUERÉTARO, Qro., 9 de abril 2016.- Con motivo del Día Mundial del Parkinson, conmemorado cada 11 de abril, la Secretaría de Salud del Estado de Querétaro da a conocer información sobre la enfermedad con el objeto de generar conciencia sobre las necesidades de las personas que la padecen.
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que se produce por la pérdida de neuronas en algunas zonas del cerebro. Afecta, por lo general, a personas de edad avanzada mayores de 65 años, principalmente del género masculino.
Los síntomas son: rigidez muscular, temblor -que puede ser de diferentes intensidades-, falta o lentitud de movimientos, dificultad para caminar (arrastra la marcha), inestabilidad al estar de pie por alteración del equilibrio; también se caracteriza por presentar cara de pez o máscara por falta de expresión de músculos de la cara, movimiento de los dedos como si estuviera contando dinero, boca abierta con dificultad para mantenerla cerrada, voz de tono bajo y monótono, dificultad para escribir y para comer, deterioro intelectual, depresión y ansiedad.
Los síntomas suelen aumentar en número y gravedad con la progresión de la enfermedad, lo que genera serias dificultades en las actividades diarias de los pacientes y sus cuidadores. A medida que la enfermedad evoluciona la persona con Parkinson requiere cuidados más específicos.
El diagnostico preciso es difícil de hacerse ya que no existen pruebas específicas que puedan confirmarlo. Por ello, el médico se basa principalmente en el interrogatorio clínico y los síntomas que presenta el paciente, sin embargo, se realizan otras pruebas como resonancias magnéticas, sólo para descartar la enfermedad.
No existe aún un tratamiento definitivo para el Parkinson, sólo existen medicamentos que ayudan a controlar los síntomas; en casos graves, es posible que sea necesaria la cirugía para evitar temblores incontrolables.
Se recomienda también la terapia física como: fisioterapia, caminata, natación, o gimnasia, lo que ayudará a conservar la actividad motora, mejorar la postura, la marcha y con ello evitar la inmovilidad y la dependencia.
Como medidas generales se recomienda a las personas que tienen esta enfermedad que utilicen altas cantidades de vitaminas C y E que son antioxidantes débiles y evitan la producción y acumulación de sustancias llamadas radicales libres, responsables en parte, del agravamiento de la enfermedad y de algunos efectos secundarios.