Alejandro Galindo Sandoval/Quadratín Querétaro
El método Halo Between aparece para convencer a neurólogos, psicólogos, psiquiatras y terapeutas; cuenta con el aval académico del Tec de Monterrey; la presentación fue grabada para un documental.
QUERÉTARO, Qro., 29 de agosto de 2015.- Al interior de la sala vieja, en medio de luces, juguetes e instrumentos musicales, la teoría del ‘desmadre’ en performance se anunció con informales primeras, segundas, terceras y hasta cuartas llamadas: niños y niñas nacidos con un cromosoma extra a la medida usual se alistaban para compartir los efectos de un método extraño.
La noche del viernes en el Museo de la Ciudad de Querétaro, Rick Maciel usa antifaz y orejitas diadema, igual que el equipo de instructores que intenta demostrar los efectos clínicos del arte que no busca ser arte.
Los protagonistas, sólo ellos brillan sin máscara a cargo de un micrófono de luces, batería y percusiones. Nacieron con síndrome de Down, quizá el menor signo que marca diferencias entre la humanidad.
En dos polos de la sala vieja, donde una galería de desnudos hizo de escenografía, el método Halo Between explicó cómo una terapia que sirvió para menguar ansiedades generó dividendos en personas con autismo y síndrome de Down.
El público apreció desde todo ángulo, a través de las ventanas abiertas, a través de las fibras de una cortina, de pie y sobre el piso.
Entre los espectadores, un padre lidiaba con su hija inquieta, quien no llega aún al primer año de edad; también tiene un cromosoma extra. Al paso de las manecillas del reloj, la pequeña se hizo uno con la música. Luego quedó cautiva en la suavidad de un sueño dulce.
Los alumnos del Halo Between transitaron entre piezas y alternancia de instrumentos.
“No queremos hacer arte, formar músicos de excelencia. Queremos demostrar la magia de la música sobre el trastorno”.
Por tercera ocasión…
…Halo Between aparece para convencer a neurólogos, psicólogos, psiquiatras y terapeutas; ya cuenta con el aval académico del Tec de Monterrey.
El performance exhibió dos obras plásticas de una artista con síndrome de Down, que ya forman parte del acervo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
La presentación en Querétaro fue integrada en el documental #HaloBetween, dirigido por el cineasta mexicano Francisco del Valle.