Libros de ayer y hoy
Por fin el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ha tomado la primera gran decisión regulatoria como resultado de la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones.
“Son medidas audaces para nivelar el terreno de la competencia en televisión y telefonía, dominados hasta ahora por los dos empresarios más poderosos de México”, según el diario The Wall Street Journal.
Dicho de otro modo, el IFT ha enviado un mensaje rotundo a Televisa y América Móvil para favorecer la competencia en televisión y telefonía, respectivamente.
De paso, el órgano autónomo destierra cualquier sospecha sobre preferencias oficiales o temores al poderío de los dos gigantes, lo cuales desde ahora están obligados a compartir terrenos y “fierros” con terceros competidores.
Entre otros asuntos de alto impacto, Televisa quedará impedida para adquirir derechos exclusivos de transmisión de eventos deportivos como el Mundial de Futbol, los Juegos Olímpicos, la Liguilla del futbol mexicano y otros que serán enlistados por el IFT. Televisa también queda obligada a publicar el monto de sus contratos publicitarios; para acotar más concesiones sobre la concesión y evitar lo que muchos anunciantes acusaban de extorsión.
Lo mismo ocurrirá con América Móvil, la cual deberá cobrar a empresas rivales las mismas tarifas de interconexión establecidas para su propia clientela… y eliminar el cobro de roaming nacional, es decir, por llamadas de larga distancia nacional desde teléfonos móviles; abrir número gratuito para cancelaciones; detener venta de servicios “atados”… y varias obligaciones más.
Según explicó el IFT– se trata de emparejar el terreno; frenar afanes y privilegios monopolistas; acotar poderíos y cortar de tajo la dinámica perversa que impide a nuevos grupos entrar a un mercado copado hasta ahora por dos agentes preponderantes… y mejorar servicios.
Pero dicha competencia –sobra decirlo– no se dará por arte de magia. Tanto Telmex y Telcel como Televisa llevan una amplia ventaja; han invertido incontables recursos y mantenido presencia durante décadas de operación. Habrá quien proteste por la medida injusta la cual obliga a compartir el producto de un gran esfuerzo financiero y empresarial.
Los límites y exigencias impuestas por unanimidad de los siete comisionados del IFT obliga a ambas empresas a optar por la ruta de la impugnación legal o la amargura de la resignación. ¿En la primera opción podrán los litigios echar abajo esta compleja forma de equilibrar las cosas?
El siguiente paso vendrá con la licitación de las dos nuevas cadenas nacionales de televisión, donde no podrán participar Televisa ni TV Azteca las cuales dominan el 90 por ciento del mercado. Los nuevos concesionarios sólo podrían arrebatar a las televisoras dominantes un 10 por ciento del mercado… en un escenario muy optimista.
Cada cadena tendrá un costo de 300 millones de dólares. Para conseguirlas podrán concursar particulares o sociedades mexicanas; el capital extranjero no podrá superar el 49 en la inversión; la oferta económica se recibirá a mediados de septiembre; el fallo de los ganadores se conocerá el 25 de marzo del año entrante… y la salida “al aire” podría ocurrir diciembre de 2015, una vez concluido el proceso del “apagón analógico” que dará paso a la era de la televisión digital.
¿QUIÉNES QUIEREN ESTAR EN PANTALLA?: hasta ahora, Grupo Radio Centro (Francisco Aguirre), Grupo Imagen (Olegario Vázquez Raña), MVS Comunicaciones (Joaquín Vargas), Axtel (Tomás Milmo Santos), Megacable (Enrique Yamuni), El Universal (Francisco Ealy Ortíz), Multimedios (Francisco A. González), Grupo Radio Capital (Anuar Maccise Dib), Grupo Lauman (Manuel Arroyo), Grupo Fórmula (Rogerio Azcárraga), Grupo Radiorama (Javier Pérez de Anda), Nacer Global (Jorge Nacer Gobera)… y tal vez Grupo Pegaso (Emilio Burillo). Las puertas también se abren a Grupo Carso (Carlos Slim), siempre y cuando excluya a Telmex, impedida por restricciones en su título de concesión. Comienzan las apuestas…
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