Líneas Quadratín
La Infraestructura que perjudica
Recientemente tuve la oportunidad de leer un interesante artículo que, hace cuenta de una de las varias o muchas barbaridades, que se han cometido en pos de un supuesto desarrollo o modernidad; en este caso se narra como las ciudades taparon los ríos.
En la Ciudad de México la historia comenzó hace casi 500 años, cuando, como siempre, con la falta de planeación adecuada, Hernán Cortés decidió erigir los orígenes de CDMX en el sitio que ocupaba la gran Tenochtitlan, y destacando que desde aquel entonces hubo las voces que reconocieron el yerro y así lo comunicaron, pero como muchas más ocasiones subsecuentes quedaron para el archivo.
El resto es historia, cinco siglos después están tapados buena parte de los 17 ríos que corrían por donde ahora solo se ve asfalto, que como lo comenta al arquitecto Jorge Legorreta, paradójicamente hoy se sufre por que el agua no llega a todos los hogares, por el agua que no se puede aprovechar a consecuencia de que la contaminaron y la entubaron para convertir los ríos en vialidades, y que por ello concluye que se tienen que recuperar las aguas de la lluvias y los ríos, con políticas hídricas de largo plazo y soluciones que prevengan más desastres que se propiciarían derivado del cambio climático, y en sí de decisiones que en su momento fueron políticamente correctas y que de largo plazo están generando riesgos de inundaciones y de hundimientos.
Acá en Querétaro, parece que no vemos las barbas del vecino cortar, hace décadas el río Querétaro era la principal fuente de agua potable de la incipiente ciudad de aquel entonces, ahora es en buena parte un desagüe, un foco de contaminación, en otra una parte que se ha embellecido (aun cuando sus aguas son pocas y contaminadísimas) y al final es también una causal de inundaciones; todo esto en su trayecto por los municipio del Marques, Querétaro y Corregidora. Es un río mal conservado, y a pesar de que se hacen acciones como ampliar su capacidad hidráulica o embellecerlo en tramos, el principal problema viene de la contaminación, de los inmobiliarios e industriales, que rapazmente aprovechan el recurso más fácil y de una autoridad a la que de momento no ha sido prioridad el recuperar los tesoros que nos dejó nuestro planeta.
Lo peor es que el mismo caso ocurre en diferentes puntos de nuestro estado, qué decir del Río San Juan que parece entregado a los desechos de la industria San Juanense y que autoridades municipales indolentes han aceptado que se siga vertiendo mugre a su cauce en el “entendido” que las plantas de dichas industrias están haciendo el trabajo que les corresponde para poder verter los desechos en la forma indiscriminada en que lo hacen. Pero sucede igual pasa en muchos rincones del estado, los cauces son usados para verter drenajes sanitarios y más tipos de contaminantes, aprovechando la salida fácil que representa la conducción de los escurrimientos.
Así más allá de lo que ha estado sucediendo en París, donde se habla de soluciones macro, acá en nuestro estado y sus municipios tenemos la posibilidad y la responsabilidad de tener propuestas propias; ya no es el momento de limitar la contaminación, sino de revertirla. Cerrando el asunto de los ríos, el ejemplo del arroyo Cheonggyecheon que de una horrible vialidad urbana de alta velocidad (los benditos segundos pisos), crearon un grandioso lugar en el centro de Seúl. Que de la muerte de un río, vino una vialidad, los automóviles y su contaminación, pero al final se dio paso a la resurrección del río, con todos los beneficios que debe conllevar.