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CIUDAD DE MÉXICO, 4 de agosto de 2014.- Javier Méndez Ovalle no perdió el contacto con sus padres mientras se mantuvo prófugo por el asesinato de Sandra, adolescente de 17 años, en junio de 2013, contacto que se fortaleció mientras parecía que su búsqueda caía en el olvido.
Méndez Ovalle se estableció en San Juan del Río desde donde comenzó a llamar a sus padres para contarles sobre su empleo como mesero, en una cafetería de la cadena «Finca Santa Veracruz», el cual obtuvo mediante una identidad falsa, refiere Vanguardia.
Javier Méndez, quien fuera campeón de la Olimpiada de Física del 2012 en Estonia, fue detectado por el contacto telefónico que mantenía con sus padres, a través de la Fiscalía Desconcentrada en Cuauhtémoc, quienes a principios del mes de julio ubicaron las llamadas y mantuvieron la pista sobre ellas.
Los compañeros de trabajo de Méndez Ovalle comentaron que el joven declaró ser oriundo del Estado de México y costear su carrera de ingeniería mediante el empleo.
Presentado ante el Ministerio Público, Javier asumió su responsabilidad en el asesinato, el móvil del cual fue el escepticismo de la víctima acerca de que el chico era alumno de excelencia y viajaría a Alemania a estudiar.
Antes de que se le enviara al reclusorio Norte, fue descrito por quienes conversaron con él, como una persona de buenos modales, que empleaba términos «muy correctos» y que solicitaba las cosas por favor, además de agradecer, «muy diferente a la mayoría de los homicidas que se detienen aquí», reconoció un agente.
Con información de El Universal