Libros de ayer y hoy
Como nunca había pasado, el despido de Carmen Aristegui del matutino de noticias radiofónico en MVS Noticias, causó indignación, protestas, plantones, desplegados y hasta el gobierno federal exhortó a las partes a conciliar.
¿por qué de la indignación y de los apoyos masivos a Carmen Aristegui? Hay un transfondo social real e indudable.
La falta de credibilidad de los medios de comunicación hace que una periodista con talento, valiente y más o menos veraz, sea casi un heroína en este México lleno de impunidad y cinismo.
En México se vive el mundo al revés, se vive lo irreal, México se ha vuelto un país de cínicos. Lo dijo el ex presidente López Portillo, en su segundo informe presidencial “lo peor que le puede pasar a México, es que nos volvamos un país de cínicos”, el destino nos alcanzó.
Todo lo que pasa en México se pone en duda, nada es creíble, si detienen a más de setenta personas por la masacre de los estudiantes de Ayotzinapa, se dice que no son los criminales, que fue un crimen de estado. Se vuelve ridícula la frase que repiten los obtusos de la realidad “se los llevaron vivos, vivos los queremos”, a sabiendas de que tristemente están muertos, el cinismo de exigir para enarbolar banderas de protesta.
Si la Corte liberó a Florence Cassez por violar el debido proceso, argumentan que fue una negociación entre los gobiernos y que ella es una secuestradora, a pesar que se comprobó que su detención fue grabada a modo y con la complicidad de un periodista que hoy levanta la mano contra la corrupción.
Y existen infinidad de ejemplos, la impunidad prevalece como: la tragedia de la guardería ABC, el fraude de la línea 12 del metro, la casa blanca, la cancelación del TAV.
El cinismo se confirma, porque un periodista fue despedido de una empresa privada, de capital privado, que por la lógica tiene MVS el derecho a tener o despedir a tal o cual empleado y Carmen Aristegui era eso, una empleada, seguramente una muy importante, que le dio a ganar muchos millones de pesos a la familia Vargas, que ella desde luego también los ganó. Por qué cinismo, porque muchos exigen que la reinstalen, quieren obligar a Joaquín Vargas a seguirla manteniendo en su empresa, que es privada.
Nadie olvida que Carmen Aristegui en febrero de 2011 acusó al entonces presidente Calderón de alcohólico. Eso provocó un reclamo airado de la Presidencia de la República que derivó en el despido de la periodista “por transgredir el código de ética de la empresa, al dar rumores como noticias”, según los dueños de MVS. Unos días después las partes concilian y reinstalan a Aristegui en su noticiario, no sin antes firmar un contrato incluyendo un código de ética.
Este código que hoy en día se vuelve a mencionar, señala que la credibilidad es el principal valor en el que intervienen Aristegui-MVS Noticias. Se deberá de tener más de una fuente en cada caso; la aproximación y vinculación con los protagonistas, agentes y procesos de una noticia; rechazar los rumores como noticia; la revelación de la fuente salvo casos específicos.
En aquél tiempo, se habló del ataque a la libertad de expresión, a la censura de que era objeto Aristegui, a la presión de la Presidencia de la Republica (panista) y venganzas por el litigio de la banda ancha 2.5 GHz. Carmen Aristegui salió fortalecida y su noticiario hasta la semana pasada era el más escuchado, el de mayor credibilidad.
Ella y su equipo de investigadores crecieron exponencialmente, siguieron otros golpes informativos, como el de Cuahutémoc Gutiérrez en abril de 2014, que se vio obligado a renunciar a la Presidencia del PRI del DF y que hoy en día sigue vigente el litigio.
El que más impacto a nivel nacional e internacional fue el escándalo de corrupción por la compra de una casa por más de 80 millones por parte del matrimonio Enrique Peña-Rivera. El 9 de noviembre de 2014 se reveló esta noticia en el portal de Aristegui Noticias, y después de la desafortunada declaración de la primera dama, este tema se hizo ‘trending topic’ mundial, llegando a acaparar ocho de cada 10 temas de México, es decir, el escándalo fue mundial, el desprestigio y descrédito del presidente Peña es mayúsculo hasta el día de hoy.
Sin duda, que Carmen Aristegui sabe por dónde pisar y en qué terrenos se mete, se enemistó con el ex presidente Calderón por acusarlo de alcohólico y ahora con el presidente Peña por acusarlo de corrupto.
Y hoy el escándalo por el cual fue despedida Aristegui y todo su equipo de periodistas fue por que utilizaron la marca MVS para ingresar a un portal en internet denominado Mexicoleaks, se afiliaron a esta “asociación” o ONG sin el consentimiento de MVS, que es una plataforma independiente de denuncia ciudadana y transparencia, al servicio de la sociedad mexicana para revelar información de interés público.
Pretexto muy valido de la empresa MVS para despedir a la periodista.
Como en 2011 Aristegui argumenta, señala y enfatiza que su despido es injustificado, que desde los pasillos de Los Pinos se orquestó y se fraguó un complot para despedirla y que es un ataque a la libertad de expresión, pero al contrario de lo que dice esta afamada periodista, existen en la radio muchos noticiarios que critican, señalan y hasta se burlan del presidente Peña y de su gabinete. Por eso no creo que haya un ataque a la libertad de expresión en su despido.
No olvidemos que ella tenía un contrato laboral, esto la ponía en el plano de empleada, y sus patrones en todo momento tienen el derecho de despedir a sus empleados, claro, cumpliendo con sus obligaciones constitucionales por despido.
Tal vez el error de MVS es haber ventilado ese despido por medio de un boletín y no decirlo directamente a la afectada, que, con una gran dosis de petulancia y soberbia acusó al aire a su mismo patrón de injusto y exigía la reinstalación de dos de sus reporteros, claro, sintiéndose intocable, el resultado su despido de una empresa mercantil que tiene como fin el lucro lícito.
Tampoco olvidemos que Aristegui dio algunos reportajes de investigación de alto impacto en su portal o en la Revista Proceso y no en MVS Noticias, que era su principal empleador.
El que esto escribe no ve ningún ataque a la libertad de expresión con el despido de Aristegui, porque sencillamente el principal reportaje que la puso en el ojo del huracán no fue dado en el Noticiario de MVS, sino fue expuesto en Aristeguionline y en la revista Proceso, es decir si existiera tal censura y ataque a libertad de expresión no sería en MVS porque en este medio de comunicación no se dio la primicia.
La pregunta obligada es: ¿en qué consiste el ataque a la libertad de expresión? si tiene a su mano su portal de noticias, la revista Proceso y CNN en español, no será más bien que Carmen Aristegui quiere repetir el camino y adueñarse de una radiodifusora sin que le cueste un centavo, y mas aún, que le paguen una millonada mensual por un trabajo que publica en otros medios.
Imagínese qué libertad tenía en su noticiario, que se dio el lujo de hablar mal, muy mal, de sus patrones y propietarios, eso es un abuso, y como dije al principio de esta colaboración, México no puede ser un país de cínicos. Que no nos hagan bolas y mezclen un derecho humano tan importante como la libertad de expresión, con un simple conflicto entre un patrón y una trabajadora que violó el pacto entre ellos.
Esto no demerita que Carmen Aristegui sea una excelente periodista y en su profesión muy reconocida y valiente. “Eso que ni que”.
En lo Personal.- Semana de muchos cumpleaños, por orden, Abril González Rivas Villar, Julita Ledesma, mi comadre Argelia, que organizó gran pachanga en el antiguo Qiu, y Armando Ramos Palacios, que hoy 23, cumple 50 años, entra a la edad de las ilusiones (de amanecer vivo cada día por los achaques), y su hijo, mi futuro colega, Armando Ramos Castro; la gorrita estuvo muy buena, excelente comida que le organizó mi comadre Nora con todo y video de fotos desde que nació, ah, pero los cuñados no salimos ni por equivocación. ¡Felicidades a todos!