Celebra Hawái a Wisdom: el albatros más longevo pone huevo a los 74 años
La mirada vidriosa es apenas el primer síntoma. Luego vienen los temblores, la impotencia, el estreñimiento y el insomnio permanente
MÉXICO, 27 de enero 2016.- La BBC detalla la historia de Silvano quien iba en un crucero cuando lo golpeó la maldición familiar.
Era un elegante hombre de 53 años que disfrutaba vistiendo un esmoquin siempre que podía. Le gustaba presentarse con la pose de aquellas estrellas de cine que tanto admiraba.
Pero aquella noche en la pista de baile se sintió de lo más avergonzado, cuando descubrió que su camisa estaba empapada en sudor.
Preocupado, se examinó en el espejo y descubrió que sus pupilas se habían reducido a dos puntitos negros.
Tenía la misma mirada vidriosa que su padre y sus dos hermanas cuando empezaron a sufrir aquella misteriosa enfermedad.
Sabía que era solo el principio.
Después vendrían los temblores, la impotencia y el estreñimiento.
Pero el síntoma más aterrador sería la desaparición del sueño, un insomnio permanente. Y esa especie de coma terminaría con la muerte.
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