Itinerario Político
MADRID, 9 de mayo 2016.- Todo sería diferente. El Sol para empezar. Sería pequeño, débil y rojo, pero estaríamos tan cerca de él que la radiación sería dos veces más intensa. Los años durarían cerca de dos días y no habría noche y día, sino que, como la Luna, una parte del planeta siempre miraría al Sol y la otra estaría oscura y fría, informa El Mundo Es.
Podríamos vivir allí porque la evolución nos habría llevado a estar adaptados a la radiación infrarroja más que a la luz visible, algo que haría, por ejemplo, que las plantas no fuesen verdes, como en la Tierra, sino negras o rojas.
Aún no tiene nombre, más allá de un abúlico TRAPPIST-1b o TRAPPIST-1c que revela sin más que es el segundo (o tercer) planeta de una serie encontrada alrededor de una estrella enana bautizada como TRAPPIST-1 en honor al telescopio -situado en La Silla (Chile)- que la encontró. Pero es uno de los tres mejores candidatos para albergar vida en la Vía Láctea -más allá de la Tierra- hallados hasta la fecha.
Se trata de tres planetas de tamaños similares al de la Tierra y que orbitan alrededor de una estrella enana a 40 años luz de distancia de la Tierra y que acaban de ser descubiertos por investigadores de la Universidad de Lieja (Bélgica) y del MIT de Boston (EEUU), principalmente.
Leer más en El Mundo Es