MÉXICO, D.F., 6 de febrero del 2014.- Obligado por su grupo parlamentario, el coordinador del PAN en el Senado, Jorge Luis Preciado, ofreció un disculpa pública por haber organizado una fiesta en el recinto legislativo.
De acuerdo a información del periódico Reforma, luego de una reunión en la que diversos legisladores cuestionaron el comportamiento del líder de la bancada, el colimense aceptó que la celebración realizad en la terraza de la Junta de Coordinación Política se convirtió en un asunto que se salió de proporción.
«Hay que aceptar que se salió de proporción. Le pedí una disculpa no sólo a los compañeros (del PAN), sino al Senado. Asumo la responsabilidad de que no se vuelven a hacer este tipo de eventos.
Se salió de control», expresó.
Preciado anunció que el tema será abordado en la próxima reunión de la Junta con la intención de que se normen este tipo de eventos.
Insistió que el festejo privado el martes, en el que hubo mariachis y alcohol, no fue convocado con motivo del cumpleaños de su esposa.
Durante el festejo llegaron mariachis, corrió el vino, se fumaron puros… el coordinador del grupo parlamentario del PAN convirtió el martes pasado, las oficinas de la Junta de Coordinación Política (Jucopa) en su salón de fiestas particular.
«El ‘Mariachi loco’ para que baile la festejada… ¡cómo no!», dijo el vocalista del Mariachi Presidencial ante las peticiones de los invitados al festejo que fue convocado como comida pero que se extendió –durante el horario laboral– hasta después de las nueve de la noche.
A esa hora la oficina de Preciado emitió un comunicado para decir que el ágape fue por el Día de la Candelaria y que en el mismo había participado personal de la Jucopa.
No obstante, en el festejo, no hubo tamales, ni atole. Hubo comida, whisky Buchanan’s, tequila Don Julio, ron Bacardí, vodka Absolut, licor Baileys y vino tinto.
En la terraza fueron colocadas varias mesas, incluso con sombrillas, para que estuvieran cómodos los amigos de la familia Preciado. Los niños gozaron corriendo por las oficinas senatoriales, mientras sus padres cantaban y algunos bailaban.
La música podía escucharse en el patio central del Senado y también en las oficinas de la torre de las comisiones legislativas, donde el eco provocó la curiosidad de los empleados.
Pese a que, por ley, el Senado es un edificio libre de humo, al caer la noche el coordinador del PAN encendió su puro y pidió cantar «El Rey».
«La princesa caramelo no quería andar con él, porque al rey en vez de pelo le salía pura miel», bromeó ligeramente desentonado el panista.
El convivio se desarrolló justo en el primer día de trabajo del periodo ordinario de sesiones, en el que los legisladores deberán discutir y procesar más de 90 reformas legales y constitucionales.