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MÉXICO, DF., 10 de mayo de 2014.- Adolfo Ríos, presidente del Querétaro, dijo que el nuevo comprador de los Gallos Blancos se haría cargo de los adeudos de salarios de los futbolistas del plantel. Pero Miguel Ángel Sánchez, el nuevo «dueño», se desmarca y expone que a él no le toca saldar esas cuentas pendientes.
«Esto es como cualquier negocació, en conjunto con las autordades están viendo la situación de liquidar. Yo compro a un equipo con ciertas características, pero libre de cualquier adeudo salarial», señala el arquitecto, quien encabeza a los inversionistas compradores del conjunto emplumado, informó El Universal.
-¿Es Amado Yáñez quien debe pagar los salarios?, se le cuestiona.
«Todos los jugadores deben estar liquidados al 100 por ciento. Yo compro una franquicia con activos. Eso [los pagos] los tiene que manejar la parte vendedora, no sé si el ingeniero [Yáñez]», responde.
La plantilla de los emplumados tiene la información de que el nuevo propietario de la franquicia será el encargado de finiquitar las deudas salariales, que ascederán a seis quincenas el próximo 15 de mayo.
Mas ahora se especula que será por medio de la fianza que dejó el accionista mayoritario de Oceanografía [investigado por presunto fraude] como se pagará el dinero que deben cobrar los jugadores de Gallos por el trabajo ya hecho.
Aclara sus «escándalos»
A Miguel Ángel Sánchez no le agrada mucho ser cuestionado. Trata de defenderse como puede ante las preguntas de los reporteros que apuntan a un pasado polémico en el futbol mexicano.
Primero, al nuevo «propietario» del Querétaro le dicen que si es cierto que terminó por deberle dinero a los jugadores de Ballenas de Galeana de la Liga de Ascenso, equipo del cual fue socio.
Sánchez hace una mueca de desaprobación y luego argumenta que en ese equipo le incumplieron algunas especificaciones que se estipulaban en el contrato.
«Según yo había prometido un millón de pesos por patrocinio, pero yo no lo había hecho así, sino que establecí un contrato de compraventa con el señor Alejandro Villarreal y no fue ningún patrocinio», aclara el arquitecto.
«Se decía en el contrato que ellos me lo venden, que me otorgan la operatividad y ni los papeles me dieron. Decliné de la compra, porque el dueño de Ballenas tiene dos denuncias por malversación de fondos y me alejé», añade.
El segundo tema que sale a la luz es la versión de que se le negó la venta del Atlas, por no cubrir con los requisitos que solicita la Federación Mexicana de Futbol.
«Yo creo que en ese tema dicen que yo no cumplí con el cuaderno de cargos, pero no, cuando los dueños deciden a quién venderle, lo terminan por ver entre ellos, y no lo decidí yo. Ellos decidieron venderle a quienes lo decidieron», dice Sánchez.
Esos conflictos dejan entrever que quien presume ser el «propietario» de los Gallos es una incógnita que no queda libre de polémicas.