Iniciamos era de esperanza, amor y compromiso por Puebla: Armenta
QUERETARO, Qro., 27 de abril 2015.- La encuesta es un instrumento valioso que permite obtener información del comportamiento, preferencias o tendencias en una población sin tener que consultar a cada uno de sus integrantes. La ciencia estadística demuestra que es matemáticamente posible conocer con cierto margen de error la opinión de un gran número de personas mediante un muestreo representativo. Sin embargo, para que la encuesta sea confiable es necesario que su diseño, levantamiento e interpretación sean objetiva y cuidadosamente planeados. La representatividad de la muestra, la redacción y orden en que se presentan las preguntas, el número de personas consultadas y el método usado para la obtención de datos, son solo algunos de los factores que influyen en los resultados obtenidos.
Cuando una empresa solicita una encuesta para conocer información con fines mercadológicos, es de esperarse que la casa encuestadora haga su mejor esfuerzo por obtener información veraz que pueda ser usada para tomar las mejores decisiones de negocios. Aun cuando el ejercicio no está exento de posibles fallas, es razonable pensar que estas no ocurran intencionalmente. Sin embargo, cuando se solicita una encuesta con fines políticos, la intención del contratante no necesariamente es conocer la verdad subyacente. En estos casos, los elementos que determinan los resultados de las encuestas pueden ser manipulados con la finalidad de obtener resultados sesgados y a conveniencia del contratante. De esta manera, la encuesta deja de ser un instrumento de información y se convierte en uno de manipulación política.
Los mexicanos hemos sido testigos en repetidas ocasiones de la falta de ética de muchas empresas encuestadoras que presumiblemente por dinero, se han prestado al juego político de la desinformación. En distintas elecciones, encuestadoras que habían ganado reputación por su seriedad no pudieron evitar subastarla ante la oferta adecuada. Al menos esa es la impresión que nos queda a los ciudadanos después de ver la abismal diferencia que en ocasiones separa a las encuestas de los resultados electorales.
Aquí en Querétaro la contienda electoral ya ha dado lugar a múltiples encuestas que difieren entre sí por márgenes mayores a los que estadísticamente eran de esperarse. Una encuesta confiable tiene normalmente un margen de error de más o menos 5 puntos. Sin embargo, en un periodo relativamente corto, hemos visto encuestas realizadas por empresas “serias” que difieren por márgenes considerablemente mayores. Evidentemente, alguien no está encuestando bien.
El compromiso de Quadratín en Querétaro es informar de manera veraz, oportuna e imparcial a la audiencia que nos consulta. En aras de la imparcialidad podría suponerse que la dinámica adecuada sería la de publicar todas y cada una de la encuestas a las que tuviéramos acceso simplemente citando la fuente. Pero tenemos la certeza de que este ejercicio generaría más confusión entre nuestros lectores. También podríamos limitar la publicación de encuestas a aquellas realizadas por medios de comunicación o encuestadoras nacionales. Pero lamentablemente hemos constatado que también éstas difieren considerablemente. Por los motivos expuestos, anteponiendo el compromiso de veracidad que debemos a nuestra audiencia y para evitar ser factor de desinformación, hemos tomado la decisión de no publicar más encuestas durante el proceso electoral en curso en el estado de Querétaro.
Sabemos el interés que despiertan las encuestas de tendencias político-electorales entre nuestra audiencia. Pero también estamos conscientes que la publicación de información sesgada puede contribuir a generar una percepción falsa, lo cual va en contra de nuestros principios editoriales. Seguiremos informando sobre la evolución del actual proceso electoral, pero siempre apegados a la verdad.