Critica Abigail Arredondo presupuesto de la 4T por recortes masivos
MÉXICO, D.F., a 6 de marzo del 2014.- Para el festejo del 65 aniversario del PRI, la cita fue en la explanada del Monumento a la Revolución, el único orador sería Luis Donaldo Colosio, su candidato a la presidencia. Un día previo, había sido registrado como tal ante el IFE, y ante aproximadamente 50 mil personas y 28 gobernadores priistas, Colosio haría historia con sus palabras y marcaría un poco la ruta de su destino.
Hoy a Luis Donaldo Colosio se le recuerda no sólo por ese discurso, sino por su trágico final apenas 17 días después de dirigirse ‘a la nación’ con sus palabras de aquel 6 de marzo en un monumento emblemático del país.
El candidato priista señalaba y asumía en su discurso que estaba dispuesto y listo para la competencia, rechazaba el triunfo asegurado de su partido y entendía que había que democratizar al país para tener un triunfo sustentado en el decisión y apoyo popular, decía:
“Hoy vivimos en la competencia y a la competencia tenemos que acudir; para hacerlo se dejan atrás viejas prácticas: las de un PRI que sólo dialogaba consigo mismo y con el gobierno, las de un partido que no tenía que realizar grandes esfuerzos para ganar.
Como un partido en competencia, el PRI hoy no tiene triunfos asegurados, tiene que luchar por ellos y tiene que asumir que en la democracia sólo la victoria nos dará la estatura a nuestra presencia política”.
Y finalizó asumiendo el reto de la todavía insipiente democracia, que hoy a 20 años, seguimos sin alcanzar:
“Soy un mexicano de raíces populares. Soy un mexicano que ha recorrido en muchas ocasiones nuestro país, que no cesa de maravillarse ante la gran variedad y riqueza humana de nuestra patria y que no cesa tampoco de advertir carencias y dolores.
Me apasiona convivir, compartir, escuchar y comprender al pueblo al que pertenezco. Aprendo diariamente de sus actitudes francas, de sus actitudes sencillas.
Reitero que provengo de una cultura del esfuerzo y no del privilegio. Como mis padres, como mis abuelos, soy un hombre de trabajo que confía más en los hechos que en las palabras. Pero por eso mismo, soy un hombre de palabra, un hombre de palabra que la empeño ahora mismo para comprometerme al cambio que he propuesto: un cambio con rumbo y con responsabilidad.
El gran reclamo de México es la democracia. El país quiere ejercerla a cabalidad. México exige, nosotros responderemos”.
Aquí el discurso completo: