Para Contar
Hoy me levante pensando en que como mujer trabajadora debería utilizar mi crédito para comprar una casa, quizá algo para que cuando los años lleguen a mí pueda vivir cómodamente, éste es el pensamiento de muchas mujeres occidentales, que sabemos que aún cuando nos esforzamos podemos obtener una recompensa a ese esfuerzo, que si nos divorciamos a menos que no tomemos cartas en el asunto la Ley nos protege, si deseamos darnos un baño sólo basta con abrir una llave y podemos darnos una ducha, si, en efecto son muchas comodidades… comodidades??? Si nos hemos esforzado en que nuestros derechos sean reconocidos pero ¿qué pasa en otras partes del mundo por ejemplo en África? Hablar de un Continente tan grande como ese sería imposible en pocas líneas, así que me referiré a Uganda.
Veamos ¿qué es ser mujer en un país dónde desde la descolonización en la década de los 60’s sólo ha habido conflictos y dictaduras? Pues ser mujer en Uganda es una maldición, en la mayoría de las regiones excepto en la capital Kigali claro, las mujeres deben caminar durante 4 horas para conseguir agua (2 horas de ida y 2 de vuelta) y ni siquiera es potable, son un objeto más en la casa, el 80% de la fuerza laboral en el campo es femenina y no tienen derecho a ser poseedoras de la tierra sólo de “acceso” ¿qué quiere decir eso? Que no pueden ser dueñas de la tierra a menos que estén casadas y vaya! ese es otro problema, según la ley islámica y la ley consuetudinaria si el marido decide tomar otra esposa la primera será expulsada junto con sus hijos de la tierra que ellas mismas cultivaron, si quedaran viudas deberían casarse con algún familiar del esposo o de ellas mismas para que las protejan y en caso de no hacerlo sólo les quedan dos opciones: la mendicidad en las afueras de la ciudad, ya que está prohibida y obvio la prostitución, en cuyo caso también se convierten en proscritas, el 8 de marzo de 2013 muchas mujeres ugandesas marcharon vestidas de negro pidiendo la inclusión de la llamada “clausula perdida” misma que fue elaborada por una asociación pro mujer y que proponía el derecho de herencia y posesión de la tierra a la mujer, se había prometido su inclusión en las reformas políticas del país africano, sin embargo por cuestiones técnicas no se hizo así. Víctimas de abusos y sin acceso a la educación; sólo de 8 a 15 mujeres de la capital asisten a la escuela, en la zona rural es peor ya que la afectación por el sida afecta principalmente a mujeres de entre 15 y 25 años y a causa de la miseria en la que viven se ven obligadas por el hambre y la falta de oportunidades a desposarse con hombres mayores, que como ya había explicado en líneas anteriores la Ley les permite la poligamia, en un 70% de los casos estos hombres son portadores del virus del VIH infectando así a sus esposas las cuales dejan en la orfandad a sus pequeños hijos, reciben golpes y maltratos y no son escuchadas por nadie, las ONG’s que prestan su ayuda al continente y a los países afectados por conflictos y persecuciones religiosas no se dan abasto para ayudar a crear conciencia, ser mujer debería ser maravilloso, pero en África, en África la muerte tiene nombre de mujer.