Itinerario Político
Querétaro, Qro., 22 de agosto del 2013.- Se celebró el día del bombero, aquellos personas que contra cualquier cultura de supervivencia igual entran a casas en llamas,inundaciones y fugas de gas, todo con tal de contender una situación de riesgo para la población.
Sin embargo detrás de ese casco viejo quemado por tantas llamaradas, con acetatos quebrados y uniformes desgastados, se encuentra una persona que día a día pone en la línea su vida por falta del equipo necesario.
El mayor Jesús Licea Quintanar, responsable del Heroico cuerpo de Bomberos de la capital queretana explica las carencias que tienen entre las que destaca que de 167 bomberos, solo hay 59 asalariados y el resto unicamente son voluntarios. Además señaló que los vehículos con que cuenta, ya están “pasaditos de moda” por lo que insistió en pedir apoyo a la ciudadanía.
El mayor recordó que los trajes que utilizan en la entidad, son en la mayoría de los casos uniformes que les han regalado otras corporaciones de Estados Unidos, mismos que ya han sido utilizados y que no tienen la misma resistencia que los equipos nuevos.
La misma situación la viven en el municipio de El Maqués, donde el apoyo que se tiene del gobierno del estado asciende a los 700 mil pesos al año,sin embargo esto no es necesario ya que se requiere por lo menos 1.5 millones de pesos para hacer frente a sus necesidades, como refiere Oscar Guevara Martínez, jefe bomberos del municipio, quien informó que la falta de equipo se sustituye con trabajo y compromiso de cada elemento.
En el caso del municipio de Corregidora, la situación de los bomberos es más compleja, ya que no hay una estación como tal, y tienen que ser los propios integrantes del cuerpo de Protección Civil, quienes se hagan cargo de las contingencias en la demarcación.
Sin embargo todo esto queda de largo, porque cuando el compromiso es suficientemente fuerte y las necesidades de la población los ameritan, los bomberos se visten al escuchar la alarma de contingencia, toman su casco, suben a sus unidades y realizan su trabajo sin saber si regresaran a sus hogares.