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LONDRES, RU., 06 de marzo de 2015.- En búsqueda de nuevas opciones para hacer frente a la creciente demanda de energía en el planeta, un grupo de científicos británicos de la Universidad de Bristol (UEW, por sus sigla sen inglés), en conjunción con la confederación internacional humanitaria Oxfam, han desarrollado un dispositivo que podría cambiar la producción industrial como la conocemos.
Se trata de un prototipo urinario que convierte los desechos líquidos humanos en electricidad y, según recoge ABC, el experimento ha arrojado resultados exitosos, mismos que permitirían a Oxfam consolidar del derecho a una vida sostenible no sólo en los países que la integran (México, Reino Unido, Irlanda, Canadá, Estados Unidos, México, Australia, Holanda, Bélgica, Francia, Alemania China e India), sino en el resto del globo.
Capaz de generar 6 horas de electricidad por cada litro de micción, los investigadores han instalado un inodoro denominado Pee-Power (traducido al español El Poder de la Orina) cerca de uno de los bares a los que cada día acuden cientos de sus estudiantes de la máxima casa de estudios en el sudoeste de Inglaterra, ello a los efectos de realizar las pruebas competentes.
“El funcionamiento del dispositivo en muy sencillo: Una célula de combustible microbiana hace las veces de batería, alimentándose los componentes orgánicos de la orina hasta generar la energía eléctrica necesaria para iluminar la instalación”, advierte el periódico ABC en su edición en línea al añadir que el objetivo de este sistema sería el aprovecharlo en campos de refugiados en Medio Oriente.
En ese sentido, el profesor Ioannis Ieropoulos, quien se encuentra director del Centro de Bioenergía de la UWE Bristol, precisa que “las células de combustible microbianas funcionan mediante el empleo de microbios vivos que se alimentan de orina (combustible) para su propio crecimiento y mantenimiento”, de forma que este desecho humano, en evidente abundancia, permitiría a las industrias encontrar un nuevo tipo de energía y evitar depender de los combustibles fósiles.
Por su parte, el Jefe de Agua y Saneamiento en Oxfam, Andy Bastable, precisa se busca integrar un servicio para “iluminar zonas inaccesibles en zonas de desastre con el Pee-Power. Vivir en un campo de refugiados es muy complicado además de que siempre puedes ser asaltado en lugares oscuros por la noche. El potencial de esta invención es enorme”.
Y usted de preguntará quien se encuentra detrás de esta tecnología a base de células de combustible microbianas que cuestan poco más 800 euros (13 mil pesos), apadrinando asimismo el proyecto. Ni más ni menos que Bill Gates, el director corporativo de Microsoft.
Según consta en Forbes, el multimillonario estadounidense también se encuentra detrás de la producción de una máquinas que posibilita procesar los excrementos humanos que ataca directamente el primer problema relacionado con la sanidad: los excrementos humanos y degradarlos a tal punto que es posible obtener agua potable, tan confiable que el propio Bill Gates bebe tranquilamente en el video y afirma que “tiene un sabor tan bueno como el agua embotellada, y sabiendo cómo funciona la máquina la bebería alegremente cada día. Es así de segura”
“Por supuesto, es simplemente un granito de arena de alguien que está haciendo algo útil con su dinero, esperemos que los grandes gobiernos se tomen más en serio los verdaderos retos del planeta. Desde hace ya algún tiempo podemos afirmar que algunos de los más graves problemas históricos de la Humanidad tienen una respuesta real y han dejado de ser una cuestión tecnológica para ser una cuestión de voluntad política”, precisa en su edición en línea el portal de Forbes.
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