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QUERÉTARO, Qro., 14 de septiembre de 2014.- Desde el siglo XVI las Fiestas de La Cruz son una tradición histórica y llena de misticismo en Querétaro, para celebrar el origen y conquista de la ciudad.
La leyenda cuenta que el 25 de julio de 1531 en el Cerro del Sangremal pelearon indios y españoles y durante el combate se les apareció Santiago Apóstol montado en un blanco corcel con una cruz en la mano, y con ello, finalizó el enfrentamiento a favor de los españoles.
«Para nosotros es una obligación venir a danzar por la celebración que se le hace y agradecimiento a la Santa Cruz y también para que la tradición siga, y la gente de Querétaro siga reforzando su tradición y no se pierda», expresó Enriqueta Ortiz Moctezuma, integrante de la mesa de concheros azteca-chichimecas.
Por ello, del 12 al 15 de septiembre en la ciudad de Querétaro, cada año se desarrollan estas fiestas que por 3 días el humo del copal, las danzas de los concheros, así como el sonido de las bandolinas y los caracoles, dan vida y color a las fiestas de La Cruz.
Las campanas del templo repican y afuera los asistentes compran cualquier variedad de antojitos mexicanos, atole, tamales, buñuelos, esquites, elotes, guajolotes y enchiladas, acompañados por bandas musicales.
El primer día comienza con la tradición conocida como el «Gallo» para anunciar el inicio de las fiestas de la Cruz y en la noche los concheros llevan a cabo lo que conocen como «velación».
El día 13 por la tarde se realiza el desfile de los concheros, apaches y matachines, quienes danzan sus ritos chichimecas desde el Barrio de San Francisquito, recorren avenida Zaragoza, Corregidora, y suben de nuevo para llegar hasta el Templo de la Cruz.
La celebración termina este 15 de septiembre cuando los concheros finalizan su danza ancestral, a fin de continuar con la penitencia que concluye con la misa de la Santa Cruz.
«La celebración que hacemos cada año recordando cuando presentaron oficialmente la cruz que habían encontrado, la presentaron a la comunidad, al pueblo y a la iglesia…en primer lugar es para dar gracias a Dios por este don de la Santa Cruz, un instrumentó que utilizó para darnos la salvación, pero que en muy estrecha relación con Jesús vemos en ella de forma concreta, palpable, el amor de Dios hacia la humanidad», narró el guardián del Convento de la Santa Cruz, Fray Alfonso Reséndiz Reyes, franciscano de la provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán.
Este año participaron 5 mil concheros de 20 grupos de los estados de Querétaro, Jalisco, Guanajuato, Michoacán y San Luis Potosí.