Promete Sheinbaum cero impunidad ante feminicidios y reforma vs violencia
MÉXICO, DF., 6 de marzo de 2014.- “¡Noooo!”, gritaron varias voces. De no haber visto a sus protagonistas, cualquiera hubiera creído que era uno de esos rugidos que la porra de un equipo suelta cuando los contrarios están a punto de meter un gol.
“¡Noooo! ¡No te vayas!”, insistieron, para confirmar el pesar que causaba la licencia solicitad por Ricardo Anaya Cortés, en ese momento presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, para incorporarse a la planilla con la que Gustavo Madero busca pelear la reelección en la dirigencia del PAN.
De acuerdo la crónica de Excélsior, pronto, el murmullo que provenía de las curules de todas las bancadas se diluyó en un clima de solemne emotividad para seguir el discurso del panista, apodado El joven maravilla.
“Despedirse nunca es fácil. Asumiré con pasión y con emoción nuevas responsabilidades, pero nunca olvidaré loq ue de ustedes y con ustedes he aprendido.
Aquí aprendí que quien piensa diferente no es enemigo; aquí aprendí, parafraseando a Víctor Hugo, el valor de tener amigos valientes y leales”, expuso aún desde la máxima tribuna.
De pie, la mayoría escuchó la exaltación que el queretano hizo de esta Legislatura por haber escrito, dijo, “una de las más brillantes páginas de la historia moderna del Congreso”.
Y los elogios para los desafiantes y los disciplinados, en un mensaje también destinado a los panistas: “Creo en la libertad, en la tolerancia, en el diálogo y en los acuerdos. Mi reconocimiento a quienes han tenido el valor para ponerse de pie y hablar, y mi reconocimiento a quienes han tenido el valor para ponerse de pie y hablar, y mi reconocimiento también a quienes han tenido el valor para permanecer sentado y escuchar. Siempre he estado orgulloso de mi militancia partidista, y desde ese orgullo procuré serenidad, prudencia e imparcialidad”.
Menudo, soriente siempre, reconocible a la distancia por el cabello rapado, el panista nacido 1980 tomó las riendas de San Lázaro, cuando el cerco magisterial amagaba con impedir la aprobación de la Ley del Servicio Profesional Docente.
Sin entrar en confrontaciones ideológicas ni de procedimientos parlamentario con los opositores a las reformas en sesiones convulsas, como aquella de la madrugada del 12 de diciembre en que se avaló el cambio constitucional para Pemex, Anaya Cortés volvió a las suyas con una retórica que-en sus mejores días de presidente de la Cámara- le permitió reclamar al embajador Anthony Wayne el espionaje estadounidense, o hacer saltar de gusto a la ministra Olga Sánchez Cordero cuando abogó por la igualdad de género, y hasta conseguir la subrayada atención del gabinete, con mandatario federal incluido, en el aniversario de la Constitución.
Y es que ayer repartió agradecimientos. Contó haber procurado representar la unidad de la Cámara y “alentar el debate, jamás ahogarlo”; se definió convencido de que lo mejor para el país está por venir y dejó testimonio del nudo en la garganta que se le hizo cuando habló de su esposa Carolina y sus tres niños: Santiago, Mateo y Carmen: “Me voy con la frente en alto y les digo que el honor que me han confiado lo guardaré celosamente, porque sé que no es sólo mío, sino de nosotros cinco”.
Todavía faltaba la declamación de Mario Benedetti, con la idea de que la vida es continuar el viaje y destrabar el tiempo.
Vino el primer aplauso mientras bajaba a donde se ubica su bandada. Ahí recibió el apapacho de 17 oradores que, a decir de experimentado cronistas del Congreso, como Francisco Garfias, le hicieron un reconocimiento nunca antes visto en tal dimensión.
Mensajes desde las bancadas
El jefe de los blanquiazules, Luis Alberto Villareal, inauguró la ronda de elogios: “Nos sentimos muy orgullosos de ti (…) te has convertido para muchos mexicanos en un referente de lo que México es y quiere ser, en un ejemplo…”
Institucional, el coordinador de los priístas, Manlio Fabio Beltrones Rivera, se refirió a los dos presidentes anteriores en esta Legislatura para generalizar el halago de haber actuado “con enorme talento” en circunstancias complejas. Reconoció, en el muy pronto coordinador de la campaña maderista, inteligencia y capacidad de haber construido una autoridad entre sus pares. Y mordaz concluyó: “Estoy seguro que nos va a extrañar y nosotros también a él”.
Como suele pasar, la bancada del PRD tuvo varios mensajes: el coordinador Silvano Aureoles le auguró “muchos éxitos para adelante”; Fernando Zárate lo consideró una inspiración en el relevo generacional después de haber generado con su presidencia “un aire de frescura a nuestro país”; Fernando Belaunzarán habló de la demostrada convicción democrática y soltó la idea de que “le deja la vara muy alta” a sus sucesores; Jhonatan Jardines pidió evitar presidencias “de hierro”.
Los más radicales de San Lázaro no repararon en halagos. La perredista Socorro Ceseñas Chapa exaltó el valor de ser imparcial, tolerante y respetuoso. De Movimiento Ciudadano (MC), Alfonso Durazo habló de no detener “el debate abierto y flexible, como el que nos permitió Anaya”.
Mientras los diputados Lilia Aguilar y Manuel Huerta Ladrón del Partido del Trabajo, no siempre afines en asuntos políticos, esta vez coincidieron. Ella destacó la disposición a escuchar y el haberlos atendido como pares, sus muestras de control y de cultura. Él aprovechó para señalar que la conducción del que se va contrastaba con las presidencias anteriores “que han sido una dictadura de su partido.
Las diputadas aplaudieron
Aída Fabiola Valencia Ramírez, de MC, lamentó su partida y lo consideró ejemplo en la capacidad de hacer valer el derecho de las minorías: “Creo que te vas porque te necesitan. Aquí también te necesitamos las mujeres. Que pena que te retires ahora, que pena porque has dignificado tu papel allá arriba”.
Nelly del Carmen Vargas Pérez la secundó: “Creo que las 184 mujeres que hay en esta Cámara estamos de acuerdo en que fuiste muy respetuoso con nosotras, que fuiste un caballeros”.
Poco afecto a las lisonjas, el perredista Carlos Reyes Gamiz, recurrió al poeta Lluís Llach: “Que tengas buen viaje, los guerreros son fieles a su pueblo, el Dios de los Vientos favorezca el velamen de su barca”.
Distante del maderismo, la coahuilense Esther Quintana Salinas no pudo escapar de la unanimidad emocional y dio un consejo a Anaya: “Nunca te permitas levitar. Que siempre te mantengas con los pies sobre la tierra. Es muy fácil escuchar cantos de sirena y te van a sobrar…”