Libros de ayer y hoy
Ahora que el presidente presentó el Paquete Económico para el 2014, incluyó algunas reformas hacendarias entre las cuales incluye eliminar la exención del IVA en la educación privada. El argumento que utilizan para respaldar esta decisión dice textualmente:
La política fiscal, a través de la política tributaria y de gasto público, tiene como una de sus principales funciones lograr un impacto redistributivo del ingreso. De acuerdo al documento “Distribución del pago de impuestos y recepción del gasto público por deciles de hogares y personas. Resultados para el año de 2010”, la incidencia del gasto social se concentra en los hogares de menores ingresos, ya que en promedio casi el 40% del total de gasto público en educación lo recibe el 30% de la población con menores ingresos.
Para avanzar en el objetivo de que la incidencia del pago de impuestos se concentre en los hogares de mayores ingresos, se propone a esa Soberanía eliminar la exención en el IVA a los servicios de educación. Esta medida se plantea considerando que el 39% del gasto corriente monetario en educación de los hogares se concentra en el 10% de los hogares de mayores ingresos, mientras que sólo 1.5% corresponde al 10% de los hogares de menores ingresos.
Con esta medida se amplía la base del IVA, ya que actualmente la prestación de estos servicios está exenta y se logra mejorar la progresividad del sistema impositivo, así como contar con mayores recursos para programas de gasto público directo en favor de la población de menores ingresos.
Esto ha generado una gran controversia, porque el argumento de esta administración es que paguen más los que tienen más, mientras que en las redes sociales se ha manifestado una gran indignación.
Para todos aquellos padres de familia que pertenecemos a la clase media, la herencia más importante que les podemos dar a nuestros hijos es la educación. No tenemos numerosas propiedades ni empresas que garanticen su bienestar en el futuro, pero en cambio trabajamos como burros para pagarles la mejor educación dentro de nuestras posibilidades. En la mayoría de los casos la superación de los hijos es nuestra prioridad.
En términos generales, la educación pública es muy deficiente, y sólo por dar un ejemplo, en una escuela pública el director no tiene la facultad de despedir a un maestro que incurre en faltas como ausencias, retardos o malos resultados académicos de su grupo en general. En la particular se les evalúa constantemente, y en caso de tener ausencias y retardos periódicos el director sí tiene la autoridad de darlo de baja.
Sería injusto no mencionar que existen muy buenas instituciones públicas en nuestro país, sin embargo son escuelas que reciben miles de solicitudes y su capacidad de nuevo ingreso es muy limitada, por lo que no se convierte en una opción accesible para los estudiantes.
El hecho que hayamos decidido ingresar a nuestros hijos a una institución privada no son ganas de regalar nuestro dinero, si el gobierno ofreciera una mejor calidad en la educación ni siquiera nos podría en una disyuntiva, evidentemente nos regalaría la tranquilidad de ofrecer un buen futuro a nuestros hijos sin necesidad de vivir con la angustia para pagar las colegiaturas mes con mes
No importando la cantidad que pagamos, éste representa un porcentaje muy alto en proporción a nuestros ingresos y que ahora se incremente un 16% se sale totalmente del presupuesto familiar de por sí ya muy apretado.
El grueso de la gente que integra la clase media, tenemos que trabajar para vivir, no tenemos garantizado ni siquiera un mes de manutención si no recibimos ingresos. Nos hacemos de un patrimonio a base de créditos (tema aparte muy complicado también), cada peso que ganamos ya lo tenemos asignado.
¿Acaso el gobierno quiere acabar con la clase media? ¿Hasta dónde se puede estirar esa liga que hemos soportado?
Y ante todo esto, nos preguntamos ¿Qué podemos hacer?
Es nuestra obligación como ciudadanos informarnos, documentarnos, conocer las propuestas, porque así tendremos todos los elementos para contactar a nuestros representantes públicos y hacerles saber nuestra inconformidad.
Recuerda que la ignorancia y la apatía son las debilidades de un pueblo.