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ARROYO SECO, Qro., 21 de julio de 2014.- Alumnos de la Licenciatura en Arquitectura de la Universidad Autónoma de Querétaro e integrantes de la comunidad de Santa María de los Cocos, en Arroyo Seco, integran la segunda edición del programa Verano Aprende, Construye y Ayuda (VACA), que tiene el objetivo de revalorizar técnicas de arquitectura vernácula, incentivar la participación comunitaria y fomentar la autoconstrucción, el uso de materiales naturales, la sustentabilidad y la autogestión en ese lugar.
Un grupo compuesto por más de 25 personas contribuyen en la construcción de una Casa Ejidal y otra de Costura. La primera servirá como un cuarto de usos múltiples para juntas comunitarias, entre otras actividades; mientras que la segunda está dirigida para mujeres que trabajan en la elaboración de artesanías. Este programa termina el próximo domingo 27 de julio.
En la visita a Santa María de Cocos realizada por el rector de esta Casa de Estudios, Dr. Gilberto Herrera Ruiz, dialogó con los responsables de este proyecto, que son el Arq. Juan Carlos Loyo; la Arq. Sara Márquez Martín, de la Agencia alemana de cooperación en Mozambique, y el Arq. Israel Rubio Aranda, coordinador de la carrera de Arquitectura en la UAQ.
Entre los colaboradores también están dos voluntarias del colectivo Garam Masala: Amaya Barrera y Teresa Morán; así como voluntarios de universidades de Puebla y de Guanajuato.
Los coordinadores de VACA señalaron que para llevar a cabo esta edición coopera el Alma Máter queretana con apoyo logístico y la mano de obra de sus alumnos; mientras que Garam Masala da los fondos para materiales.
Los materiales utilizados son tierra de la misma localidad, la cual tiene una arcilla especial para hacer adobe y enjarrados; y lajas de piedra de río recolectadas para cimentaciones y pisos. También se hace uso de teja donada por Tejas El Águila, una compañía de León Guanajuato, a través de Arquine, revista internacional de Arquitectura en México.
Indicó que la ventaja de usar elementos naturales es que se extraen de ese mismo lugar, cuenta con una resistencia duradera y con el paso de los años, la tierra regresa a su estado normal; contrario a lo que pasa con los bloques o el cemento, que no se degradan y no se pueden reutilizar.
La Arq. Sara Márquez expresó que “en el marco de la erradicación de la pobreza, sobre todo en espacios rurales, la valorización de técnicas vernáculas es la base, porque aquí ya se sabía construir, y la incorporación en el siglo XX de materiales como chapa, bloque, cemento y armados cambió completamente las estructuras de construcción”.
Comentó que este tipo de pobreza se relaciona con una falta de oportunidades, que desde un enfoque multidimensional implica falta de educación y pérdida de técnicas vernáculas tradicionales y antiguas.
Ligado a esto, los estudiantes de arquitectura obtienen una experiencia útil para su vida profesional porque aprenden a construir con materiales naturales y ejercitan la capacidad de plantear soluciones a determinados problemas, todo en un esquema de sustentabilidad.
Por su parte, el Arq. Israel Rubio resaltó que en la licenciatura se busca dotar de mayor responsabilidad social a la formación educativa de los jóvenes para que participen en proyectos de esta magnitud. También subrayó que se pretende en un futuro fundar un campus de arquitectura rural en la Sierra Gorda que permita apoyar a comunidades alejadas de núcleos urbanos y propiciar que los universitarios se acerquen a la realidad del país.