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Líneas Quadratín
Insólito: Trump sigue dominando
negociación sobre narcotráfico
A partir del hecho inocultable de que el presidente Donald Trump está aplicando
sus técnicas de negociación para ganar-ganar, la orden presidencial al Departamento de
Justicia instruyendo al Departamento de Estado de usar todos los recursos de fuerza para
“borrar de la faz de la tierra” a los cárteles del narcotráfico anuló el plazo de 30 días de EU
a México para dar resultados en combate a las organizaciones delictivas.
La orden presidencial y su objetivo final ocurrió mientras en México todavía
estaban felicitando a la presidenta mexicana por haber doblado a Trump y obligarlo a un
plazo de 30 días antes de aplicar los aranceles.
A partir de la orden presidencial que es documento oficial en la historia de
gobierno de Estados Unidos en la que se incluía la acusación de complicidad del Gobierno
mexicano en la protección de los cárteles, fue muy iluso –y también insólito– pensar que
el presidente de Estados Unidos iba a decirle a México “take your time” –tómate tu
tiempo– y se iría tranquilo al Despacho Oval a tomar su Coca light.
En los hechos, la orden de Trump al Departamento de Justicia y de allí al
Departamento de Estado completa el círculo burocrático interior-exterior que todos
temían: la decisión de la Casa Blanca de borrar de la faz de la tierra –es decir, destruirlos
por cualquier vía– es obvio que no se refiere nada más a los cárteles mexicanos que
operan de manera semiautónoma dentro de Estados Unidos, sino que el involucramiento
del Departamento de Estado –en manos del radical Marco Rubio que ya había atacado a
México por el narcotráfico– implica una estrategia extraterritorial. Y por si hubiera alguna
duda, el bloque Trump-Justicia-Estado desempolvó el programa institucional que aprobó
el presidente Barack Obama en 2011 titulado Estrategia de Combate a los Organismos
Criminales Transnacionales que implicó justamente una extraterritorialidad que el propio
Obama no quiso usar –aunque sí dejar un documento oficial– por aquello de su legado
progresista local.
Los funcionarios encargados de la operación de fronteras y narcotráfico
estadunidenses tienen ya la instrucción precisa de que en el corto plazo deben de realizar
operaciones para liquidar a los nueve cárteles mexicanos que tienen estructuras dentro
de Estados Unidos y que ya han sido detectados con precisión por la DEA en sus
evaluaciones desde 2005. En esos documentos públicos, la agencia antinarcóticos
establece con claridad los tres cárteles mexicanos que dominan dentro de Estados Unidos
el contrabando distribución, venta y lavado de productos del narcotráfico: el Cártel de
Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación y Los Zetas.
La orden institucional anunciada el jueves pasado por el Departamento de Justicia
de combatir a los cárteles de narcotráfico tendrá que derivar en el corto plazo –es decir,
menos del mes que dio Trump a México en materia de aranceles– o serán regañados en
público por el presidente Trump porque estarían dejándolo en ridículo.
Y si en México piensan que la orden fue para operarse dentro de Estados Unidos y
que México defenderá su soberanía hasta con la vida –es decir, previendo una guerra
formal e invasora–, la desarticulación brutal –que es la que se espera en el lenguaje
estadounidense– de cárteles mexicanos en Estados Unidos tendrá repercusión en México
porque aquí tendrá que darse un repliegue de capos, no habrá droga que contrabandear
por el muro en la Guardia Nacional y los cárteles centrarán en modo de colapso.
De modo natural, sin actividades en su representación y dentro de Estados Unidos,
los cárteles en México tendrán que aumentar su actividad doméstica y México estaría
obligado a ir más allá de los abrazos, de los decomisos y de los narquitos detenidos y
tendría que desarticular lo que el Gobierno de Estados Unidos acusó de manera oficial en
documentos de su historia de administración: la “alianza intolerable de las organizaciones
mexicanas del narcotráfico con el gobierno mexicano”. Trump es muy dado a
declaraciones abruptas, pero el documento oficial del 1 de febrero quedó como punto
referente de la decisión de Trump de aplicar castigos arancelarios a México si no
desarticula las estructuras del narco en México en 30 días y de la orden Trump-Justicia-
Estado para iniciar en Estados Unidos la primera ofensiva judicial y de seguridad nacional
contra las células del narco dentro de su territorio.
La orden de Trump a sus dos principales departamentos por el tema del narco
cambió el escenario del plazo de 30 días e inclusive pudiera estar dejando el mensaje que
los aranceles quedarán solo como amenaza y que la ofensiva de EU contra los cárteles se
aplicará en México con o sin su beneplácito.
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Política para dummies: la política es para salir del Estado de naturaleza
hobbesiano.
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