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Líneas Quadratín
La política exige asumirla con inteligencia y con principios. Desde la inteligencia se diseña una estrategia y a obrar con frialdad, objetividad y tomando siempre en consideración el diagnóstico de las realidades social, económica, jurídica y política (interna e internacional), saber jugar las piezas del ajedrez de las relaciones de poder.
Los principios son el motor y el fundamento de la política, se participa en política porque se tiene convicciones que se expresan discursivamente para afianzar la unidad social e ideológica: el humanismo mexicano.
En las últimas semanas, a partir de la toma de posesión de Donald Trump, la presidenta Claudia Sheinbaum ha demostrado ser una estadista con inteligencia y principios. Sin estridencia alguna, bajo su liderazgo México se presenta ante el mundo como una nación digna y con capacidad para negociar en igualdad de condiciones frente a las naciones más poderosas del mundo como los Estados Unidos de América. Ante el estilo intimidante del presidente Trump, nuestra presidenta ha obrado con la mayor responsabilidad política en defensa del interés nacional de México. De forma contundente y sin sumisión alguna, frente a las agresiones verbales del presidente de Estados Unidos y los comunicados de la Casa Blanca, Claudia Sheinbaum puso sobre la mesa de negociaciones dos verdades innegables: imponer aranceles al comercio bilateral entre México y Estados Unidos perjudica a ambas economías, y el apoyo más importante que tiene la delincuencia organizada, culpable del tráfico del fentanilo, está en las armerías estadounidenses y en la venta y el consumo libre de drogas en el territorio de Estados Unidos.
Cuando el gobierno de Donald Trump anunció la imposición de aranceles a las importaciones mexicanas, nuestra presidenta expresó su preocupación por el impacto económico que estas medidas podrían tener sobre la economía mexicana. En sus declaraciones públicas, Sheinbaum enfatizó la importancia de mantener una relación de respeto y cooperación entre ambos países, destacando que los aranceles no solo afectarían a México, sino también a los consumidores y empresas estadounidenses que dependen de productos mexicanos.
En respuesta a las sanciones arancelarias el gobierno de la presidenta Sheinbaum impulsó en acuerdo con el sector privado el Plan México, la iniciativa para fortalecer la producción local y reducir la dependencia de las importaciones, incentivando a las empresas a innovar y mejorar su competitividad:
Lo hecho en México, está bien hecho
La actitud de la presidenta Claudia Sheinbaum frente a la sanción de aranceles impuesta por el gobierno de Donald Trump ha sido una lección de diplomacia reconocida por varios jefes de estado y de gobierno.
Refleja su liderazgo basado en la firmeza, el diálogo y la defensa del interés nacional. Un enfoque que tiene por objeto buscar siempre, en materia internacional, soluciones pacíficas y cooperativas que beneficien a México y a sus socios internacionales. En tiempos de incertidumbre y tensiones internacionales, la postura de nuestra presidenta es un ejemplo de liderazgo responsable y comprometido con el bienestar compartido de México.
No relección y no al nepotismo.
La congruencia política es la mayor virtud de nuestra presidenta, esta afianza su liderazgo al frente de la República. Los principios por delante; la iniciativa que ha enviado al Congreso para derogar la reelección de senadores, diputados federales, diputados locales y miembros de los ayuntamientos, y establecer la prohibición de las candidaturas para suceder a familiares que ostentan un cargo de elección, restituyen a nuestra democracia su carácter ciudadano. Se trata de poner un alto a la concentración del poder político en las cámaras, las legislaturas y los ayuntamientos. Con claridad, en el aniversario de la Constitución de 1917 expresó: ¡Ni nepotismo, ni reelección!