La resaca
México no le exigió a Trump
borrar acusación de narcoestado
El gobierno mexicano debió de haber aceptado las negociaciones con el Gobierno
de Estados Unidos en la charla presidencial de la mañana del lunes 3 de febrero solo a
condición de que la Casa Blanca borrara de su documento oficial Fact Sheet el
señalamiento de que los cárteles del narcotráfico tienen “una intolerable alianza con el
Gobierno de México”.
Esta acusación está consignada en documentos oficiales de la Casa Blanca que
forman parte de la historia gubernamental de Estados Unidos y sirvieron para que medios
de comunicación de todo el mundo revelarán que EU acusaba a México de ser un
narcoestado.
En este contexto de graves señalamientos de un país a otro, México debió de
haber condicionado cualquier concesión a Estados Unidos y el inicio de cualquier tipo y
forma de mesas de negociación a que la Casa Blanca retirada del archivo oficial ese
documento donde queda consignado para la historia que el presidente constitucional
Donald Trump acusó a México de ser un narcoestado.
La sección Fact Sheet de la Casa Blanca es el archivo oficial Del Gobierno de
Estados Unidos, lo que marca la gravedad de la acusación y el señalamiento brusco y
brutal de Trump contra el gobierno mexicano acusándolo de proteger al narco. La
segunda frase del tercer punto del documento oficial no deja dudas a la caracterización
que Estados Unidos le aplica a México en materia de protección tener narcos:
“El gobierno de México ha proporcionado refugios seguros a los cárteles para que
se dediquen a la fabricación y el transporte de narcóticos peligrosos, que en conjunto
han provocado la muerte por sobredosis de cientos de miles de víctimas
estadounidenses. Esta alianza pone en peligro la seguridad nacional de los Estados
Unidos y debemos erradicar la influencia de estos peligrosos cárteles.”
Porque no se trató solo de señalar complicidades, sino de referir –repito– en un
documento legal de la Casa Blanca que las muertes de estadounidenses por sobredosis de
droga son corresponsabilidad de México. Y como para que no hubiera duda de cómo ve la
Casa Blanca al narco mexicano, el presidente Trump incluye en un documento oficial del
Gobierno de Estados Unidos que la alianza Gobierno de México-narcos pone en peligro la
seguridad nacional americana.
El tema es fundamental porque México va a ir a las mesas de negociación
acordadas entre los dos presidentes con el marco político fijado por Estados Unidos en
materia de narcotráfico; es decir –y desde ahora las autoridades mexicanas deben
prepararse para lo peor–, la agenda de las mesas será el documento del sábado 1 de
febrero con el cual el presidente Trump anunció oficialmente la aplicación de 25% de
aranceles de castigo a México por la falta de resultados en lucha contra el narcotráfico,
aunque hay que señalar que se trata de un enfoque exclusivamente estadounidense.
Si México no exige que el presidente Trump borre del documento de la Casa Blanca
los dos puntos que acusan a México de responsable del narco y sobre todo de las muertes
por sobredosis de fentanilo de los adictos estadounidenses, entonces las negociaciones
serán desde ahora previsibles: los funcionarios estadounidenses a nivel de gabinete van a
fijar el documento oficial de Trump como marco de negociaciones sobre el tema del
narco.
La declaración del 1 de febrero que –reitero– forma parte de los documentos
oficiales de pronunciamientos del Gobierno de Estados Unidos también quedará en la
historia de México porque fue realizada de manera oficial por el gobierno de EU. Y de
acuerdo con algunas fuentes americanas, los negociadores de Estados Unidos no
aceptarán argumentos, datos y cifras sobre decomisos y arrestos menores de México, sino
que va a exigir planes mexicanos para desmantelar las estructuras del narco que
funcionan a plena luz del día en estados dominados por los cárteles en, dice la Casa
Blancas, “intolerable alianza con el gobierno de México”.
Si México no exige a Estados Unidos que borre del documento oficial del 1 de
febrero el párrafo que acusa al Gobierno de México de cómplice del narcotráfico, las
mesas de negociaciones entre los dos gobiernos estarán envenenadas por el marco
referencial de la acusación del presidente Trump. En este sentido, el documento de la
Casa Blanca puede ser entendido como una celada que Estados Unidos le pondrá a los
funcionarios mexicanos.
México no debió de anunciar negociaciones con Estados Unidos sin haber exigido
la anulación en el archivo oficial de la Casa Blanca de la declaración del 1 de febrero.
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