Indicador político
Sin duda un logro significativo que la determinación de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas a EU tenga pausa. Al menos la decisión de alguna manera deja de ser unilateral y la suspensión resulta del diálogo entre los presidentes Trump y Sheinbaum.
Es un respiro que no puede dejarse de lado porque en el día previo el mandatario estadounidense había dicho que el gobierno mexicano estaba coludido con los narcotraficantes. La pausa se aplica también a Canadá. Queda allí la calumnia o la imputación, pero el diálogo la invalida. La pausa tiene su costo. Por lo pronto está el compromiso de desplegar en la frontera a 10 mil activos de la Guardia Nacional adicionales a los allí emplazados.
Logro importante que las autoridades abran mesas de diálogo para atender los temas de seguridad, tráfico de armas, comercio y combate a las drogas. Como sea, un éxito de la presidenta la pausa en la imposición de aranceles y la vía del diálogo. Deben preocupar los vuelos por aeronaves militares norteamericanas en el espacio aéreo reportadas en Sinaloa. Los cargos que el presidente Trump imputa a Canadá y México son pretexto; un exceso que afirme que hay acuerdo del gobierno de México con los criminales y que el de China propicie la exportación de los percusores de fentanilo.
La realidad es que él y los suyos participan de la tesis de que se debe cambiar la relación de EU con el mundo; la pausa debe leerse como tal no cancelación. Los aranceles son la fórmula para proteger la producción doméstica de manufacturas frente a los productos parcial o totalmente elaborados en el exterior. Es la ofensiva más determinante contra el libre comercio por el país más poderoso, sin importar los efectos las consecuencias desestabilizadoras para sí, para sus socios comerciales y para el mundo.
De lo que se trata es la recomposición de la economía mundial. No se sabe qué tan lejos podrá llegar el empeño proteccionista. Por lo pronto, es relevante la pausa, la que parecía impensable, pero queda claro que es un recurso para imponerse frente a todos. No debe cantarse victoria y los costos que vendrán serán altos para todos, mayormente para México. Se equivocan quienes piensan que las cosas hubieran sido distintas si el gobierno de Claudia Sheinbaum hubiera tenido una postura más radical frente a los migrantes indocumentados o de combate al crimen organizado. Se equivocan porque la motivación de los aranceles es otra y eso, como se ha dicho, es pretexto.
La lucha contra la impunidad y el crimen organizado debe emprenderse en función del interés nacional y de los mexicanos, no para complacer a nadie. Es obligación del Estado mexicano hacer valer la ley. En este empeño es útil la colaboración de las autoridades norteamericanas y ellos deben hacer su parte en EU. La debilidad del régimen está en la creciente presencia del crimen en la economía, el tejido social y en las estructuras políticas.
Lo menos que se puede decir es que ha habido complacencia. Veracruz, Chiapas, Guerrero y Sinaloa lo demuestran. Al menos en el Estado de México hubo un intento en algunos municipios, pero la acción es muy marginal para revertir el deterioro local por la presencia del crimen organizado. La política está entrampada por razones políticas, la protección al gobernador Rocha Moya de Sinaloa se dio a pesar de la evidencia de que su gobierno encubrió el asesinato de su principal rival político, hecho por esclarecer. Por su parte, en Guerrero, el régimen perfila al senador y padre de la gobernadora como próximo candidato, a pesar del tufo criminal que los envuelve. Trump es un peligro para la democracia y para el mundo.
No tiene contención y prueba de ello es su postura frente al libre comercio en una pretensión de regresar a EU a una postura hegemónica en todos los frentes. La tregua es útil, pero hay que estar cautos. Es necesario actuar con perspectiva para atenuar el grave impacto que tiene la recomposición en curso, que llega en el momento de un país dividido, con un liderazgo bajo un sentido de superioridad moral que en sus consecuencias envilece al poder público, acentúa la exclusión y anula un sentimiento colectivo en la defensa de la nación. La amenaza a la soberanía la representa el crimen organizado; también, la postura de Trump ante sus socios, amigos y aliados.